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Contigo en la Distancia | Febrero 2025
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Contigo en la Distancia | Febrero 2025

miércoles 05 de marzo de 2025, 07:59h
Los trovadores cubanos surgieron a finales del siglo XIX, adaptando la tradición europea. María Teresa Vera, considerada la primera mujer trovadora de Cuba, destacó en un ámbito masculino y dejó un legado importante. Su canción "Veinte años" se ha convertido en un emblema de la música cubana.

Los trovadores cubanos

Título: Coche y Flamboyán, Santiago Artista: Domingo Batista, (Santiago de los Caballeros, 1946) Fecha de la obra: 1985 Material/Técnica: Imagen digital a color en CD Fondo Domingo Batista del Centro León

A partir del siglo XII, en Francia y otras partes de Europa se extendieron poetas que trovaban -es decir, personajes reconocidos por su formación literaria y musical que creaban y cantaban versos acompañados de guitarra-. Con el paso del tiempo, la figura del trovador fue cambiando. También con el paso del tiempo, la actividad trovadoresca llegó a nuestro continente, y lo hizo con características muy distintas a las originales.

Luis Fernández Zaurín, autor del libro Biografía de la trova, afirma que no hay certeza acerca de cómo llega al Caribe el término trovador, a finales del siglo XIX. En Cuba aparecen los trovadores criollos más asociados con la vida bohemia- y surge la figura del trovador cubano.

"La razón por la que el término "trovador" empieza a vincularse ya a finales del siglo XIX a los cantadores cubanos no está muy clara, aunque posiblemente esté relacionada con la figura de Francisco Poveda y Armenteros (1796-1881), conocido como "El trovador cubano" y que es la principal referencia de la poesía popular criollista. De vida difícil y accidentada, Poveda vive y publica sus versos en distintas zonas de la isla, viéndose obligado a realizar modestas y variadas ocupaciones para subsistir, algo que igual que los versos- lo relaciona con aquellos trovadores de vida bohemia y trashumante. Con estos antecedentes y salvando las distancias en espacio y tiempo, no es extraño que la palara "trovador" acabe siendo utilizada para nombrar a los primeros cantores y cronistas populares -siempre acompañados por la guitarra que aparecen en la isla pasada ya la mitad del siglo XIX".

En todo caso, las mujeres trovadoras nunca abundaron, pues este terreno fue ocupado casi exclusivamente por hombres. Y decimos casi, porque María Teresa Vera se atrevió a desafiar los paradigmas de su época como trovadora cubana.

María Teresa Vera

Fue apodada la Última Bohemia de La Habana y es considerada la primera mujer trovadora de Cuba. Adelantada a su tiempo, se abrió paso en el ambiente de la bohemia. Según algunos autores, es probable que fuera la primera mujer en realizar grabaciones de música popular cubana. Estamos hablando de las primeras dos décadas del siglo XX, puesto que anteriormente voces femeninas habían sido registradas en grabaciones, pero sólo en géneros líricos. También se dice que fue la primera en crear duetos con voces de mujeres y hombres.

Su madre, Rita Vera, fue hija de esclavos. Su padre fue un soldado español que conoció a Rita mientras era sirvienta en la casa de una familia acomodada que él visitaba, en la ciudad de Guanajay, provincia de Artemisa. En algún artículo se puede leer, incluso, que Rita no era libre y que el apellido Vera correspondía al de la familia a la que servía. Las biografías de María Teresa coinciden en apuntar que sus padres se enamoraron y que él fue repatriado a España donde falleció un tiempo después. Rita había quedado embarazada y dio a luz a María Teresa, el 6 de febrero de 1895.

En la casa donde se crio, la música y el baile siempre estaban presentes. Siendo muy joven, María Teresa comenzó a frecuentar los ambientes de la bohemia y la trova. En esos ambientes conoció al compositor y guitarrista Manuel Corona, quien la motivó a cantar y a aprender a tocar la guitarra.

En 1911, María Teresa realizó su primera presentación en el Teatro Politeama Grande de La Habana, interpretando la canción "Mercedes" (de la autoría de Corona) junto a Rafael Zequeira, recibiendo repetidos aplausos. En 1916, organizó formalmente el dúo con Zequeira. Juntos viajaron y realizaron presentaciones y grabaciones (que ascienden a unas ciento cincuenta), dentro y fuera de Cuba. Zequeira y Vera se cuentan entre los primeros artistas que grabaron con la RCA Victor, en la ciudad de Nueva York, durante la década de 1920. El dúo permaneció hasta 1924, año en que Zequeira falleció. María Teresa continuó realizando algunas presentaciones y grabaciones, como solista y acompañada de otros artistas.

Creó el Sexteto Occidente con Ignacio Piñeiro y otros músicos, en 1926. A pesar de ser esta una etapa muy exitosa en su trayectoria, María Teresa decidió ceder la agrupación a Piñeiro, cuando la comunidad de la religión yoruba que había adoptado le prohibió presentarse en público. Tras varios años retirada de los escenarios, en 1936 retornó a las presentaciones.

En 1935, su amiga de infancia Guillermina Aramburu le había ofrecido su poema "Veinte años" para que le pusiera música y lo cantara, con la condición de que no divulgara que era de su autoría. El esposo de Aramburu la había abandonado hacía veinte años y ella escribió el poema para desahogar su soledad y tristeza. La canción se convirtió en emblema de la figura de María Teresa Vera.


El dúo de María Teresa Vera y Lorenzo Hierrezuelo, que ellos conformaron en 1937, permaneció activo por más de 25 años, consolidándose como uno de los principales dúos de la vieja trova cubana.

A partir de los años 40, la trova tradicional perdió popularidad y dio paso a expresiones más modernas de géneros que dominaron la escena musical de Cuba y Latinoamérica, entre ellos el bolero, el filin y todas las fusiones de ritmos populares del momento. María Teresa interpretaba música tradicional: criollas, habaneras, guarachas, rumbas, sones, boleros, siempre apegados al estilo de la vieja trova. No cantó nuevos boleros ni filin para no abandonar esa línea. Aun así, se mantuvo en el ambiente artístico durante la década de 1950, realizando presentaciones radiales y televisivas, componiendo y difundiendo la música cubana tradicional.

En 1961, María Teresa hizo sus últimas presentaciones en festivales de música folklórica, vernácula y popular, realizados en Cuba. Por motivos de salud se retiró de sus actividades artísticas en 1962. Falleció en La Habana, el 17 de diciembre de 1965. En su funeral, Barbarito Diez cantó "Veinte años", atendiendo a la petición que María Teresa había hecho a Lorenzo Hierrezuela, quien no pudo cantarla debido a la profunda tristeza por su partida.

Hoy, a casi un siglo de su estreno, la habanera "Veinte años", que ha sido interpretada por múltiples cantantes -entre ellos Omara Portuondo, para el álbum Buena Vista Social Club- está incluida en la lista de las mejores canciones de Cuba de todos los tiempos. Y María Teresa Vera, con su voz singular y su amplio legado a la música cubana, continúa ostentando el título de Alma de la Trova.

María Teresa Vera, "Veinte años"

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