ONU.- Ban Ki-moon advirtió de que su organización no tolerará que
los crímenes en Siria queden "impunes ya que su población no lo
merece" y expresó su "enfado y vergüenza" ante la prolongación
del conflicto, que entra en su quinto año.
En la inauguración de la III Conferencia de Donantes de
Siria en la capital kuwaití, Ban Ki-Moon
mostró "su enorme enojo y frustración con la comunidad
internacional por su incapacidad para poner fin a la guerra", y advirtió
de que la seguridad en la región se tambalea.
La población siria "no pide simpatía, está pidiendo
apoyo", explicó el secretario general de la ONU, para quien las visitas a
los campamento de refugiados son las que le producen vergüenza cuando los niños
le preguntan "qué hemos hecho, porqué estamos aquí, cuándo volvemos a
casa".
"No tengo respuesta", dijo un apesadumbrado
secretario general, que si tuvo palabras de elogio para el anfitrión de la
cumbre humanitaria, el emir de Kuwait, Sabah al Ahmad al Sabah.
El emirato contribuirá con 500 millones de dólares,
iniciativa que se ha visto secundada por los grandes donantes que han ido
desgranado sus compromisos a lo largo de la sesión plenaria.
El aumento de las necesidades en la región es la principal
causa del incremento en la petición de ayuda económica de Naciones Unidas,
explicó su secretario general, que justificaba así los 8.400 millones de
dólares solicitados a los donantes.
"Cuatro de cada cinco sirios viven en la pobreza, la
miseria y las privaciones", concluyó Ban Ki-moon para resumir la situación
de la población del país, donde los refugiados palestinos son otro ejemplo de
las penalidades del conflicto.
Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, alertó hoy de que la situación en
Siria y los países vecinos "se está haciendo insostenible y estamos en un
punto sin retorno".
En su discurso ante el plenario, Guterres subrayó las
devastadoras consecuencias que ha tenido en los habitantes de la región la
prolongación de esta guerra.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas advirtió de que con
un total de 3,9 millones de refugiados registrados en los países vecinos,
"cada vez más empobrecidos y vulnerables y con sus condiciones de vida
empeorando, la respuesta no puede ser la misma de siempre".
Guterres pidió a los países europeos que mantengan abierta
sus fronteras y afirmó que sólo con la vigilancia no se detendrá esta tragedia.
Precisamente, la Unión Europea anunció que donará 1.100
millones de euros, lo que supone el triple del compromiso que los europeos
adoptaron en la anterior cumbre de donantes celebrada el pasado año.
"La magnitud de la crisis de Siria está
poniendo a prueba las capacidades de todo el sistema de ayuda internacional.
Las necesidades son abrumadoras y se requiere un extraordinario esfuerzo
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