Santo Domingo.- Este ex empleado de una bomba de gasolina, inició su negocio propio llamado “Orlando: Palitos de Coco”, un proyecto que lo ha ayudado a salir adelante con sus cuatro hijos de 12, 11, 10 y 8 años de edad.
Todos los días inicia su jornada a partir de las 6:00 de la mañana elaborando su mercancía, la cual ha cambiado perspectivas respecto a la comida de la calle. “Había gente que decía “no, yo no como cosas de la calle”, pero yo le di empeño a mi negocio para que ellos vieran que en la calle sí se puede tener higiene” –expresó Zapata.
Con su mandil y gorra blanca, recibe día a día un caluroso apoyo por parte de su clientela. “Yo quise darle una imagen a la venta y le puse “Orlando Palito de Coco” a este negocio porque Orlando es mi nombre y vendo palitos”.

Acompañado de su hijo de 10 años, quien le ayuda los fines de semana y días de fiesta, se traslada a los semáforos de su punto de venta a ofrecer su oferta de cinco variedades de dulces.
Todos sus hijos, estudiantes de primaria, celebran la iniciativa de un padre que día a día busca la manera de suplir las necesidades del hogar y su familia.
“Le puse amor y aquí tengo mi negocito. He innovado, ya son cinco sabores y gracias a Dios y a mi empeño la gente me ha captado, ha visto que Orlando Palito de Coco es el ejemplo de un vendedor de la calle”- argumentó orgullosamente este padre emprendedor.
Residiendo en el Ensanche Espaillat, se traslada a trabajar dignamente a la Gustavo Mejía Ricart esquina Abraham Lincoln todos los días. De lunes a viernes labora desde las 2:00 de la tarde hasta las 7 de la noche y los fines de semana desde las 11:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde.
Orlando es emprender porque lucha, porque busca dignamente alrededor de 2 mil pesos diarios que le ayudan a él y a su familia a seguir adelante.
