Los aventureros
llegaron a esta lejana localidad en más de una docena vehículos todoterrenos
Jeep, encabezados por Alvin Ortega, Gerente Mercadeo de Reid & Compañía,
luego de haber recorrido más de 250 kilómetros desde la sede de esa empresa
ubicada en la avenida John F. Kennedy, ascendiendo a Sabana de San Juan,
sorprendiendo a sus pobladores con obsequios.
La población,
ubicada a 1,800 metros sobre el nivel del mar, expresaron gratitud, bajo sonrisas,
a los integrantes de la comitiva que, tras utilizar el 4x4 Low para tener un
ascenso más suave, iban tocando las puertas de los residentes, que recibieron
fundas adicionales.
Así los integrantes
de Jeep Club realizaron su cuarta entrega, que anteriormente han abarcado las
ruta de Azua, San José de Ocoa, Constanza, entre otras para llevar canastas
navideñas a familias de escasos recursos económicos y compartir la alegría que
caracteriza las festividades navideñas.
"Este año, a
diferencia de los anteriores, se prepararon unas fundas adicionales para los
niños, las cuales contenían juguetes y artículos de primera necesidad para
ellos. Los niños soplaban los tipos y jugaban con los obsequios que se les
acababa de enetregar. Fue increíble como el pueblo se envolvió en felicidad en
cuestión de minutos", explicó el Señor Ortega.
Dijo que después de alrededor de 35 minutos de pura subida, pasando
entre varios poblados, precipicios y ríos, inmersos en la Cordillera Central,
la cual nos exhibe una vegetación típica de montañas y bañada por un sol
radiante, la caravana de jeeps llego a su fin."Dentro de los pueblos que
atravesamos para llegar a Sabana de San Juan de la Maguana tenemos: El Pinar,
Los Tramojos, Mancebo y Sabana de Miguel Martín".
El Gerente de Mercadeo
de Reid y Compañía explicó que después de realizada la entrega de canastas y
juguetes, regresaron por el mismo camino
que habían cursado hacía unas pocas horas. "En esta ocasión pudimos aprovechar
y repartir más alegría en el pueblo de Sabana de Miguel Martín, ya que habíamos
podido recaudar suficiente para incluirlos".
"Continuamos
nuestra travesía de regreso, comenzando ahora con el descenso, que es mucho más
divertido que la subida, ya que podemos ir más rápido y conocemos el trayecto
hasta la base de la montaña. Para deleite de los presentes, el descenso es al
atardecer, teniendo la dicha de observar las nubes bajando y cubriendo las
montañas vecinas, el sol se escondía detrás de las montañas y de las mismas
nubes que se encontraban a nuestro alrededor...
como comprenderán, esto fue todo un espectáculo", expuso.