Washington, 2 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack
Obama, presentó hoy un presupuesto de casi 4 billones de dólares para el año
fiscal 2016, menos austero que los anteriores, particularmente en defensa, y
con aumentos fiscales para los más ricos y las corporaciones rechazados de
antemano por los republicanos.
"Quiero trabajar con el Congreso para
reemplazar la austeridad sin sentido con inversiones inteligentes que
fortalezcan a Estados Unidos. Y podemos hacerlo de una forma fiscalmente
responsable", afirmó Obama en un breve discurso desde la sede del Departamento
de Seguridad Nacional (DHS), en Washington.
No obstante, desde hace años el proyecto
presupuestario anual de Obama se queda en una mera declaración de intenciones y
todo apunta a que esta vez ocurrirá lo mismo, dado que los republicanos controlan
desde enero las dos cámaras del Congreso y ya han expresado su oposición al
plan del presidente.
"Tenemos que dejar la política a un
lado, aprobar un presupuesto que financie nuestras prioridades de seguridad en
casa y en el extranjero, y dar a las familias de clase media la seguridad que
necesitan para salir adelante", pidió Obama.
Para el Pentágono, el presidente solicita
585.300 millones de dólares, un 4 % más que en el ejercicio actual.
En conjunto, la propuesta de Obama
representa un aumento del gasto público del 7 % sobre los niveles fijados por
los recortes automáticos, conocidos como "secuestro", que entraron en
vigor en marzo de 2013 para reducir el déficit.
"Desde mi llegada a la Casa Blanca,
hemos reducido nuestros déficit en unos dos tercios", enfatizó el
mandatario, para quien "la economía va bien" y, por tanto, EE.UU. no
puede darse el lujo de no invertir en campos como la infraestructura, la salud
y la educación.
Según Obama, su plan presupuestario se
financiará "completamente" a través de "una combinación de
recortes de gasto inteligentes y reformas fiscales".
Obama persigue, desde hace años, una reforma
tributaria que permita "cerrar lagunas fiscales" que benefician al 1
% de los estadounidenses más ricos y, además, ahora propone un impuesto
obligatorio del 14 % sobre los beneficios que las compañías del país obtienen
en el extranjero, que se elevaría al 19 % para ganancias futuras.
De acuerdo con la Casa Blanca, parte de lo
recaudado con esos impuestos se usaría para financiar una propuesta de obras
públicas que busca desembolsar 478.000 millones de dólares en seis años para
"modernizar" la infraestructura y el sistema de transporte del país.
El proyecto de Obama también incluye una
tasa del 7 % sobre sus pasivos para las grandes entidades financieras con más
de 50.000 millones de dólares en activo, con el objetivo de desalentar la toma
de riesgos.
Asimismo, busca cerrar las exenciones en los
impuestos correspondientes a las herencias familiares, para simplificar la
legislación y evitar que se esquive el pago a través de otras categorías como
donaciones.
En el capítulo del gasto, junto con defensa
e infraestructura, el plan de Obama quiere potenciar también las inversiones en
salud y educación.
El presidente aspira a que sean gratuitos
los dos primeros años de "community college" (centros públicos de
educación superior) y pide más dinero para ayudar a las familias de ingresos
medios y bajos a pagar la educación preescolar de sus hijos.
En cuanto a la salud, Obama solicita más
gasto federal para combatir las infecciones causadas por bacterias resistentes
a los antibióticos, así como inversiones públicas por 215 millones de dólares
para la medicina de precisión, que apuesta por tratamientos personalizados
basados en el estudio genético y otros factores.
Y con respecto a los recursos para el
Departamento de Estado, destaca en su propuesta la solicitud de 1.000 millones
de dólares en ayuda para Centroamérica tras la crisis migratoria del año
pasado, y la de 3.500 millones para combatir a los yihadistas del Estado
Islámico (EI) en Irak y Siria.
En un gesto simbólico, Obama presentó su
plan presupuestario en la sede de DHS con el objetivo de urgir a la oposición
republicana a no permitir que esa agencia gubernamental se paralice a partir
del 27 de febrero, cuando se quedará sin fondos para operar.
Los republicanos quieren supeditar la
financiación del DHS a la eliminación de los fondos para que ese departamento
ejecute las medidas unilaterales anunciadas por Obama a finales de 2014 para
regularizar temporalmente a 5 millones de inmigrantes indocumentados.
El presidente urgió a los republicanos a no
poner "en riesgo" la seguridad nacional con la batalla sobre el DHS y
enfatizó que, si expiran los fondos para esa agencia, unos 50.000 agentes
aeroportuarios y otros 40.000 de la patrulla fronteriza y de aduanas
"tendrán que seguir trabajando sin cobrar".