En la temporada de la Cuaresma, los cristianos nos sumergimos en un período de reflexión profunda y renovación espiritual. Inspirados por el sacrificio de Jesucristo en el desierto durante cuarenta días, utilizamos este tiempo para examinar nuestras vidas, arrepentirnos de nuestros pecados y renovar nuestro compromiso con Dios.
Durante la Cuaresma, nos esforzamos por seguir el ejemplo de Cristo, quien resistió las tentaciones del diablo con fortaleza y fe inquebrantable. Nos dedicamos a la oración, el ayuno y la meditación, buscando un acercamiento más íntimo con Dios y una mayor comprensión de su voluntad para nuestras vidas.
Es un tiempo para despojarnos de las distracciones del mundo y centrarnos en lo que realmente importa: nuestra relación con Dios y nuestro prójimo. Nos desafiamos a nosotros mismos a abandonar hábitos y actitudes que nos alejan de Dios, y a cultivar virtudes como la humildad, la generosidad y el amor. Al final de la Cuaresma, celebramos la resurrección de Jesucristo en la Pascua, recordando que su sacrificio nos ofrece perdón y vida eterna.
Con corazones renovados y fortalecidos, salimos de la Cuaresma listos para enfrentar los desafíos del mundo con esperanza y confianza en Dios.
Lolita Suárez. Acompañante y Mentora de Inteligencia Emocional. Life-Coach. @Lolitasuarezcoachoficial