Las emociones positivas tienen una función adaptativa, la de ampliar y construir nuestras habilidades de afrontamiento.
Antes de comenzar a hacer algo que pueda ser un reto para ti, piensa en una emoción positiva, como por ejemplo el humor o la alegría y el bienestar, ahora vas a enfrentar ese reto con mas habilidades y vas a tener mas probabilidades de conseguirlo.
Podemos inducir emociones positivas con elementos tan sencillos como un olor especial, escuchar una canción que te guste o comerte un chocolate, pensar en un sitio ideal para ti, un acontecimiento especial que te haya ocurrido en estos días, elige el sentido a explorar y disfruta.
“Como las emociones positivas suelen ser efímeras muchas personas las consideran triviales, sin tener conciencia de su enorme importancia. La realidad es que las emociones positivas son sello distintivo de la felicidad pudiendo incluso llegar a frustrar y deshacer los efectos de los sentimientos negativos (Fredrickson, Tugade, Waugh y Larkin, 2003)”.
Si bien las emociones negativas contribuyen a nuestra supervivencia y seguridad, las emociones positivas contribuyen a la resiliencia y prosperidad.
El cultivo de las emociones se está convirtiendo en un valioso recurso terapéutico y también en un poderoso recurso para transformar la vida ordinaria de muchas personas en algo plenamente satisfactorio y con sentido.