El artista dominicano Gerard Ellis nos ofrece una perspectiva incisiva y reflexiva que surge “desde el contén”, un lugar de observación que no lo deja salir del asombro.
Esta mirada crítica está profundamente enraizada en su experiencia de vivir entre el subdesarrollo y la burocracia, en un entorno metropolitano tan hostil que se mueve entre retóricas populistas sin que realmente cambie nada para la clase obrera.
Desde temprano mostró interés por los temas políticos que flagelan la sociedad dominicana denunciando a través de sus ilustraciones de manera elegante la realidad social carente de valores éticos y morales, a través de la prensa escrita, en donde estas se convirtieron en artículos visuales, nutriendo desde su arte una cosmovisión profunda de las luchas y desafíos de un pueblo.
En su nuevo cuerpo de trabajo, “territorio movedizo”, Ellis profundiza en la anatomía humana, transformándola en una entidad híbrida que fusiona la maquinaria y el cuerpo humano y en su complejidad reflexiona sobre los horarios y momentos que solapan unos con otros, en donde se le exige cada vez más al empleado, al trabajador, al que provee un servicio.
Es como si una persona fuese solamente su trabajo y viceversa. Gerard, a través de su obra, explora esta fusión entre máquina-objeto-utensilio-humano, como si fueran parte de un mismo cuerpo que cobran vida y se ponen en marcha….