Diosdado Cabello, ministro venezolano, lanza amenazas infundadas contra el gobierno dominicano, incluyendo la interrupción de un suministro petrolero inexistente. La producción venezolana ha caído drásticamente y su industria está deteriorada por corrupción. Estas acciones reflejan una pérdida de control económico y una gobernabilidad sustentada en la violencia.