Banco de Parque es una de esas obras teatrales capaces de marcar un camino. Un montaje que se resuelve en una experiencia imperdible, con una coloración interpretativa que se acerca más a la comedia que al drama, distante en enroque de los montajes 1986 y 1997, dado que constituye una muestra de soberana actuación de sus dos protagonistas, directores y maestros de la escena nacional.