Cuando somos concebidos, duramos 9 meses en el vientre materno y durante ese tiempo, creamos un vínculo infinito, que define nuestra manera de ser, de contemplar, de asumir y de reaccionar ante los episodios que durante todo el tiempo vamos a cumplir el ciclo de nacer y vivir, bajo su protección, con sus lecciones, a su manera y con la firmeza que sus instintos le indican siempre.