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El diseñador Martín Polanco destaca la importancia del trabajo artesanal en la moda internacional

Xiomara Martínez | Domingo 02 de febrero de 2025
El diseñador Polanco destaca la valoración del trabajo artesanal en el extranjero, especialmente en EE. UU. Tras enfrentar dificultades económicas tras la muerte de su padre, comenzó vendiendo ropa de segunda mano. Su pasión por el diseño lo llevó a estudiar moda y reinventarse en su carrera, aprendiendo de sus errores.

“No tengo quejas, sin embargo, existe una notable diferencia entre el país y el contexto internacional. En el extranjero, se aprecia más el trabajo, especialmente cuando se trata de piezas artesanales elaboradas a mano, en lugar de producciones industriales. En Estados Unidos, la creación de una pieza moldeada artesanalmente para adaptarse al cuerpo recibe una excelente compensación”, comentó.

En el programa Casi Personal, que se emite los sábados por VTV Canal 32 y es presentado por Graymer Méndez, Polanco se describió como un innovador en el ámbito de los diseños, abarcando estilos interesantes, clásicos y vanguardistas. Junto a su hermano Raúl Polanco, fue uno de los primeros en destacar la figura del modisto para los artistas dominicanos.

En sus comienzos, vendía ropa en la calle debido a las dificultades económicas que enfrentó tras el fallecimiento de su padre.

“Al fallecer mi padre, nos vimos en la necesidad de iniciar negocios. Uno de estos consistió en comercializar ropa de segunda mano en colmados y talleres mecánicos. No se trataba de pacas, sino de prendas modernas. Hoy en día, a eso se le conoce como vinchos, ropa usada de marcas exclusivas”, comentó.

En un momento dado, Polanco mencionó que el negocio sufrió una caída a causa de las limitaciones en la importación de ropa. Con el fin de reinventarse, desarmaron las prendas y utilizaron las telas como patrones, cortándolas directamente en el suelo, a pesar de no contar con estudios formales en moda.

El diseño despertó en él una gran pasión, lo que lo llevó a estudiar corte y confección en el Instituto Mercy Jáquez y en la Universidad Pedro Henríquez Ureña. “Dañaba mucha tela, pero eso es parte del aprendizaje. De lo que uno arruina, surgen nuevas ideas”, comentó.

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