Santo Domingo.- El expresidente Hipólito Mejía resaltó que el mundo actual se está configurando a una velocidad tal, que pareciera que todo cuanto "considerábamos sólido" se está "derritiendo", transformándose en una lava ardiente que podría destruir los cimientos mismos de las instituciones.
"Nuestros proyectos políticos y personales, y nuestros sueños de paz y justicia en el mundo que compartimos, parecieran amenazados por ese magma", dijo el líder político dominicano durante su participación en el Congreso Mundial de la Alianza Progresista, que concluyó este sábado en la India, informó la oficina de Mejía.
"Hablo aquí como expresidente de la República Dominicana, una nación de América Latina y el Caribe donde, en el año 1492, se inició un encuentro entre dos mundos que marcó la génesis de lo que hoy llamamos globalización, es decir, la conexión de varios continentes con su inherente flujo de seres humanos, recursos naturales, recursos financieros, recursos culturales e ideas, que configuran el crisol de pueblos y naciones en que hoy vivimos", dijo el exgobernante.
A su juicio, esa conexión se caracterizó por el intercambio desigual, la imposición de estructuras de poder, y la acumulación de riquezas por parte de grupos privilegiados, tanto de fuera como a lo interno de "nuestros países". La desigualdad y la injusticia social de hoy se gestaron en ese contexto histórico.
"Quiero resaltar que, en estos momentos, mi país, la República Dominicana, está dirigida por el Partido Revolucionario Moderno, una organización política cuyo gobierno está comprometido con los principios que distinguen a nuestra Alianza Progresista, en decir la libertad, la justicia y la solidaridad", dijo Mejía a través del documento.
Enfatizó que, a partir de esos valores, "los integrantes de nuestra alianza estamos construyendo una globalización optada por nosotros mismos, en lugar de la impuesta por los grandes poderes externos que se han repartido el mundo durante siglos o de la globalización elegida por las élites dentro de cada país".
Dijo que, tanto en su condición de expresidente como de profesional agrícola, tiene la firme convicción de que la seguridad alimentaria es una condición necesaria pero no suficiente para consolidar la paz y la democracia.
"Ese ha sido y es un desafío ineludible, aunque para lograrlo necesitamos una visión estratégica e integral que nos permita convertir nuestras ventajas comparativas en ventajas competitivas", abundó.
Para Mejía, la humanización del campo es inseparable de la seguridad alimentaria, del desarrollo integral, y de la paz social y política.