Los gorgojos
del abedul
Algunos insectos se han adaptado tan bien que no solo ponen sus huevos cerca
del alimento, sino que usan ese mismo material para protegerse. La hembra de la carraca del abedul hace dos cortes en forma de S en una hoja de
este árbol, uno a cada lado de la nervadura. Con sus patas, el gorgojo del
abedul enrolla la mitad de la hoja para formar un cono y después enrolla la
otra mitad en dirección contraria. Cuando termina esta labor, se mete en el
cono y deposita sus huevos. Finalmente, el gorgojo cubre la abertura del cono
para proteger los huevos. Así les asegura alimento y protección a sus vástagos.
Las avispas
de las agallas
Estos insectos ahorran el trabajo de construir: usan plantas que lo hacen por
ellas. Estos animales ponen sus huevos en la punta de un retoño o en la yema de
una hoja. Cuando el huevecillo se rompe, la larva se alimenta del material que
la rodea y estimula el crecimiento de un tejido anormal en la planta.
Avispas especializadas
Avispas
calcídidas
Las diminutas avispas calcídidas son especialistas en apropiarse de los
huevecillos y de las larvas de otros insectos. Hay una especie que, de hecho
desova dentro de los millares de huevos de unas 150 especies de insectos. Los
sentidos del tacto y del olfato de las avispas están muy desarrollados y son de
suma utilidad para encontrar un anfitrión adecuado. Con sus antenas, la hembra
busca los huevecillos apropiados, en cada uno de los cuales pone un huevo con
ayuda de su ovopositor. Mientras lo hace, la avispa deja su "rúbrica"
impregnando la cubierta con su propio olor. Esto lo hace para avisar a otras
avispas calcídidas que estos huevos están ocupados y que deben buscar otro
lugar para reproducirse. Para complicar todavía más la situación, algunas
avispas calcídidas desovan dentro de las larvas de otras variedades de su misma
especie, insertando su ovopositor a través del cuerpo del anfitrión.