EFE | Martes 09 de julio de 2013
Leonardo
Padura se definió ayer como un autor
"absolutamente cubano", cuya obra futura "será cada vez menos
negra y más social", porque considera necesario "romper los
límites" de los géneros literarios.
El escritor cubano con mayor
reconocimiento internacional ha dicho que la novela negra iberoamericana se ha
"diversificado" durante la última década y se "ha vuelto más
libre" y en ese proceso "ha ganado". Padura ofreció ayer una
rueda de prensa en la Semana Negra de Gijón, a la que acude con su novela
"El hombre que amaba a los perros", de Editorial Tuskets, en la que
aborda el asesinato de León Trotski.
Considerada por la crítica como su novela
más lograda, el autor nacido en La Habana en 1955 ha reunido en 600 páginas el
resultado de cinco años de investigación histórica del caso, que aún hoy,
sesenta y tres años después, divide a la izquierda marxista.
Padura ha dejado
entrever la tesis de que Joseph Stalin, a quien siempre se señaló como el
hombre que ordenó quitar de en medio a su antiguo camarada, traicionó el
socialismo y con ello la esperanza de alcanzar la utopía de la igualdad.
En la
Semana Negra, ha hablado de la realidad, de Cuba y de España y ha dicho que la
situación política, social y económica de ambos países le "duele". Nacionalizado
español por "cuestiones de trabajo", Padura se siente
"absolutamente cubano" y sólo puede escribir literatura en su casa
del barrio habanero de Mantilla, donde ha nacido.
Artículos de prensa y guiones
de cine "los puedo escribir en cualquier lado, pero literatura solo lo
puedo hacer en mi casa", ha dicho. Padura ha reivindicado el sentimiento
de "pertenencia" como un elemento fundamental de su vida como
escritor.
Sobre la realidad cubana, ha afirmado que "se están produciendo
cambios que, vistos desde fuera, pueden parecer pequeños", pero que
"son importantes" en la isla.
En ese sentido, ha asegurado que
"Cuba está evolucionando hacia una sociedad que será totalmente distinta a
la de los años 90". El autor se ha pronunciado a favor de que se produzcan
cambios graduales, lentos, para evitar que "algunos sectores sociales
queden muy desprotegidos, como ha ocurrido en los países del Este" de
Europa, ha considerado.
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