Solo 4,79 % de la audiencia captan las películas mexicanas
en su país
EFE | Lunes 03 de junio de 2013
Llueven premios internacionales al cine mexicano, pero no
van acompañados de más espectadores que acudan a ver las películas nacionales,
que no acaban de permear en una sociedad mexicana sometida a las producciones
estadounidenses. Según el Instituto Mexicano de Cinematografía en el 2012, el 45 % de los estrenos provenían
de Estados Unidos.
En el pasado Festival de Cannes y por segundo año consecutivo, un director
mexicano lograba el premio al mejor director, Amat Escalante, por su película
"Heli", una historia que habla de la espiral de violencia en la
que cae una familia cuya hija se enamora de un policía relacionado con el
narcotráfico.
Todos los focos iluminaron entonces a
una generación de cineastas que logra entrar y triunfar en prestigiosos
festivales nacionales e internacionales, pero no en las salas de cine de su
país.
Natalia Beristáin, Sebastián del Amo,
Sebastián Hofmann, Carlos Reygadas y Michel Franco son algunos ejemplos. "Tenemos un cine que está ganando
reconocimientos y un lugar en el panorama mundial y nos enfrentamos a la
contradicción de que en nuestro país, por las reglas de la exhibición
cinematográfica (...), hay muchas películas que no pueden llegar a su
público natural", dijo a Efe el director de la Academia Mexicana de Artes
y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Juan Antonio de la Riva.
Según datos del Instituto Mexicano de
Cinematografía (IMCINE), de los 319 estrenos que hubo en el país en 2012, 143
eran películas estadounidenses (el 45 %), pero
estas acapararon el 89 % de la asistencia. Los filmes mexicanos solo lograron
el 4.79 %.
"El cine mexicano puede gustar más
o menos, pero no tiene la posibilidad de que el público sea el que lo elija, no
es equitativo. Entre otras cosas, las
películas de EE.UU. vienen con una campaña fuerte de publicidad, y ahí está
parte de la inequidad", añadió.
De acuerdo con la Ley Federal de
Cinematografía, los exhibidores tienen la obligación de reservar el 10% del
tiempo total para la proyección de películas nacionales en sus respectivas
salas, y además éstas tienen que estrenarse por un periodo no inferior a una
semana. Pero esta ley, explicó De la
Riva, es tan ambigua que "queda a la interpretación".
Los exhibidores, por ejemplo, cumplen
la cuota colocando las películas en salas marginales o en horarios menos
exitosos y en una semana las quitan.
"La exhibición en México está muy castigada gracias a los multicines, ya
que se han hecho alianzas muy fuertes entre las distribuidoras mayores y los
exhibidores, castigando mucho cualquier tipo de cinta pequeña", dijo a
Efe el experto Edwin Culp.
Ese tipo de películas "ya están
calculadas así, como fracasos, por las exhibidoras", comentó el maestro en
artes visuales y profesor de cine en la Universidad Iberoamericana.
El
pasado año el Festival de Cannes se llenaba de México gracias a Carlos Reygadas
con su "Post Tenebras Lux",
ganador del premio al mejor director, y a Michel Franco, que con "Después
de Lucía" obtuvo el galardón del jurado de la sección "Una cierta
mirada".
En 2012, solo 146,000 personas fueron a
ver la primera película; la segunda, 762.900, una cifra ínfima si se compara
con los 15,9 millones de personas que fueron a ver la cinta estadounidense
"The Avengers" (Los vengadores).
Ni los festivales de cine (en México
hay 82) ni los premios internacionales (36 películas apoyadas por el Imcine
consiguieron 66) logran llamar la atención de unos espectadores que asisten en
un promedio de dos veces al año a las salas, en un país donde casi la mitad de la población vive en condiciones de
pobreza.
En opinión del crítico de cine Hugo Lara, llega la oportunidad de volverse a ganar a
la gente a partir de estos premios y del trabajo que hacen otros cineastas con
propuestas más comerciales, como Gaz Alazraki con "Nosotros los
Nobles", una comedia que ha causado furor y se ha convertido en la más
taquillera de la historia del cine mexicano, con más de cinco millones de
espectadores.
El éxito de esta comedia de temática
ligera es quizás una muestra de otra de las cosas que alejan a los mexicanos de
las producciones nacionales, que muchas abordan la realidad de violencia por la
que atraviesa el país.
"Hay un público muy abundante que
piensa que es algo malo, incluso negativo, estar insistiendo en un cine que se
asoma a la violencia y la miseria y prefiere un cine evasivo, pero para todo
hay gustos", señaló Lara, quien considera "absolutamente
necesario" que se sigan abordando "estos temas duros y crueles".
Culp coincidió en que "sería un
error" que esos problemas se dejen a un lado en el cine, "que es
nuestro gran ojo de la historia". Pero más allá de la temática, el
director de la AMACC destacó la necesidad de "tomarlo en serio y resolver
este problema", revisar la ley de cinematografía, hacerla menos ambigua, y
crear alianzas con las televisiones para transmitir las cintas.
Todo para posibilitar que a los
mexicanos les llegue su cine y puedan verse en el espejo de estos creadores que
los retratan como sociedad y, de esta manera, romper las barreras que ponen las
grandes distribuidoras al decirles lo que tienen que ver.
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