Oficialmente las autoridades rebajaron de 80 a 78 los
fallecimientos del siniestro ferroviario en Santiago de Compostela. Todavía
quedan 31 heridos en estado crítico.
EFE | Viernes 26 de julio de 2013
La
funcionaria dominicana Rosalina Ynoa, quien laboraba para el Ministerio de Economía,
Planificación y Desarrollo de República Dominicana, la cual inicialmente se
encontraba en el estatus de desaparecida, ha sido oficialmente declarada
fallecida. Así lo informó el ministro de Economía, Temístocles Montás, quien
señaló que así lo certificaron autoridades españolas en presencia de
funcionarios consulares dominicanos en Madrid.
Desde
Cádiz a Santander, pasando por Madrid, Segovia o Cáceres, pero también por República
Dominicana, Colombia, México o EEUU, cuarenta y ocho horas después del accidente
comienzan a salir a la luz los rostros e historias de 78 muertos y cientos de
heridos y afectados en una tragedia que ha unido en el dolor a Galicia con toda
España.
Estudiantes, periodistas, sacerdotes, políticos y profesores se
encuentran entre las víctimas del trágico accidente ferroviario, que traspasa
las fronteras españolas no solo por su repercusión sino también por el origen
de los viajeros, si bien el balance resta provisional, a falta de confirmar
todas las identidades de muertos y heridos.
Muchos de los fallecidos se
subieron al tren Alvia en Madrid con el deseo de celebrar junto a los suyos la
festividad del santo más internacional de España desde distintos puntos del
país, pero en aquel tren viajaban estadounidenses, mexicanos, colombianos y
dominicanos que no pudieron culminar el recorrido al encontrase con la fatídica
curva A Grandeira.
Fue en ese punto donde el tren descarriló y truncó de esta
manera el destino de los viajeros como el de la pasajera colombiana de 36 años
que regentaba un pequeño negocio de accesorios, o el de la mexicana de 22 años,
que venía de despedir a su madre y hermana tras unas vacaciones en Madrid.
Por
desgracia no son los únicos latinoamericanos que perdieron la vida en el
accidente, donde falleció otra colombiana y donde se buscaba desde el pasado
miércoles a una funcionaria dominicana, que esperaba reunirse con su hermana en
la capital gallega y que originalmente sido dada por desaparecida, pese a que
en un primer momento formaba parte de la lista de fallecidos.
El deceso de la dominicana Rosalina Ynoa ya
es oficial
Sin embargo, las esperanzas de encontrar a la dominicana
Rosalina Ynoa con vida han cesado. El ministro de Economía, Planificación y
Desarrollo, Temístocles Montás, (ministerio donde laboraba Ynoa), ha dicho que
las autoridades españolas certificaron la muerte de la funcionaria de dicho
ministerio.
La certificación de las
autoridades españolas fue hecha en presencia de funcionaros del consulado
dominicano en España, indicó Montás. Rosalina
Ynoa era ejecutiva de la Unidad de Análisis y Coordinación de la Cooperación
Internacional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
El
ministro Montás dijo de ella que una profesional competente cuya labor siempre
fue beneficiosa para República Dominicana en materia de cooperación internacional.
El cuerpo de Rosalina Ynoa será
repatriado a República Dominicana la semana próxima. La funcionaria dominicana
estaba en España en una reunión de coordinadores nacionales para la
organización de la Cumbre Iberoamericana que se desarrollará en Panamá el
próximo mes de octubre. Desde Madrid
viajaba en el tren siniestrado para visitar a una hermana residente en Santiago
de Compostela.
Las dificultades para identificar a todas las víctimas
Resulta difícil identificar y cuantificar los
lugares afectados por las muertes y el dolor tras el accidente. Personas
nacidas en un país que residen en otro, ciudadanas de un continente europeo,
originarias del africano; nacionales de un país, inmigrantes en otro,
residentes temporalmente en un tercero y así decenas de casos.
Brasil, Estados
Unidos, Italia, Francia y Argelia completan el mapa internacional de una
tragedia, que ha dejado de luto a buena parte de la geografía española y a
todos los rincones de la geografía galaica.
Son casos como los de las
localidades de Navalmoral de la Mata (Cáceres) y de Colmenar Viejo (Madrid),
donde en la primera se han decretado tres días de luto por la muerte de un
joven extremeño que murió junto a su novia gallega, mientras que en el segundo
caso, el pueblo madrileño celebra hoy una misa en la parroquia de Santa Teresa
en memoria del vicario de 67 años que falleció en accidente.
Ya en el sur de
España, Cádiz ha sido la provincia más golpeada por la tragedia con cinco
fallecidos, tres de los cuales eran profesores del municipio de San Fernando. "Han
dejado a muchos niños huérfanos", ha dicho una de las madres junto a las
flores, velas y carteles que sus alumnos han escrito con frases como
"gracias por todos los años que nos habéis dado" a las puertas del
colegio público Puente Zuazo.
Ocho castellanoleoneses también perdieron la vida
en aquel tren, entre ellos un vallisoletano de 55 años, voluntario en ONG, que
a diario cogía este medio de transporte para impartir clase en la Escuela de
Hostelería del IES Jorge Santayana, de Ávila.
La localidad guipuzcoana de
Andoain también está de luto al perder a una de sus vecinas en el accidente,
una mujer de 53 años, que vivía desde hace unos 25 años en Santiago, donde
tenía un despacho de asesoría y auditoría de empresas. Sus restos mortales han
llegado hoy a San Sebastián y están siendo velados por sus familiares en el
tanatorio de Donostialdea.
Pero sin duda es Galicia la región que acapara el
mayor número de historias de vidas truncadas por el siniestro de Santiago, como
en Pontevedra donde la tragedia se hizo sentir por partida doble en la
delegación de la Xunta, pues dos funcionarios que trabajan en el edificio
administrativo perdieron a sus hijas.
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