Todavía hay 66 heridos en diversos hospitales, 15 de ellos
en estado grave
EFE | Martes 30 de julio de 2013
Según
los datos de las cajas negras, que son provisionales y están a la espera del
informe de la Policía Judicial, instantes antes del accidente el tren circulaba
a 192 kilómetros por hora y tras la activación de un freno por parte del
maquinista, el convoy finalmente impactó contra el muro de hormigón tras pasar
la curva de A Grandeira, en la parroquia de Angrois, a 153 kilómetros por hora
en un lugar en el que el libro de ruta indica que no se pueden superar los 80
kilómetros por hora.
El
tren Alvia que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol (Galicia) el pasado
miércoles 24 de julio circulaba a 153 kilómetros hora en el momento en que
descarriló y mientras su conductor, Francisco José Garzón Amo, iba hablando con
personal de Renfe a través de su teléfono profesional.
Estos son algunos de los
datos recuperados esta mañana de las cajas negras del tren que se estrelló la
pasada semana en la capital gallega y provocó la muerte de 79 personas y más de
150 heridos, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Casi una
semana después del siniestro ferroviaria 66 personas continúan ingresadas, 15
de ellas en estado crítico, según el último parte difundido esta mañana por la
Consellería de Sanidad.
Según la información recuperada hoy, en los minutos
previos al descarrilamiento, el conductor recibió una llamada en su teléfono
profesional de personal de Renfe, "parece ser de un controlador",
para indicarle el camino que tenía que seguir al llegar a Ferrol. Por el
contenido de la conversación y por el ruido de fondo, apunta el Tribunal
Superior en un comunicado, "parece que el maquinista consulta un plano o
algún documento similar en papel".
Fuentes de la investigación consultadas
por Efe han indicado que en la llamada con personal de Renfe a través del
teléfono profesional, que se encuentra extraviado tras el impacto, se escucha
decir a Garzón hasta tres veces la expresión "La cagué", justo antes
del siniestro. Estas fuentes consideran que la causa de que el terminal del
teléfono esté extraviado es que el conductor pudo haberlo lanzado para pisar el
freno e intentar hacerse cargo de la situación, algo que no logró.
El vaciado y
transferencia de datos de las cajas negras se ha producido esta mañana en los
juzgados de Santiago de Compostela, en un procedimiento en el que en total se
han invertido cinco horas. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de
Compostela, Luis Aláez, ha ordenado la realización de copias de seguridad del
contenido de las cajas y para ello se ha contactado "por prevención"
con el fabricante que ha remitido las instrucciones por escrito y en varios
idiomas, han informado a Efe fuentes próximas a la investigación.
También ha
ordenado el rastreo de las llamadas del teléfono corporativo de Garzón Amo. Se
han extraído de las cajas negras tanto datos técnicos como de voz, y se ha
hecho una transcripción de las conversaciones en tiempo real, han señalado las
mismas fuentes consultadas.
La caja negra es un sistema que va a bordo del tren
que tiene como finalidad registrar información relevante sobre la circulación
del mismo, desde las conversaciones mantenidas entre el maquinista y el punto
de control hasta la velocidad a la que ha circulado o cómo han funcionado los
sistemas de frenos. Además de los datos de identificación del maquinista y del
tren (tipo y número del vehículo, longitud) este dispositivo tiene capacidad de
registro de voz de media hora y almacena datos de varios viajes (30 días o
20.000 kilómetros).
Entre la información que guarda figuran datos sobre la
velocidad registrada por el velocímetro y el recorrido. "Dice a qué hora
pasaba el tren por un punto kilométrico y a qué velocidad pasaba",
explican fuentes del sector consultadas por Efe. Durante el volcado de datos en
sede judicial estuvieron presentes el titular del juzgado número tres, la
secretaria judicial y el fiscal, así como integrantes de la policía científica,
judicial, técnicos de Renfe, Adif y técnicos de la Comisión de Investigación
del Ministerio de Fomento.
Los datos fueron extraídos en un lápiz de memoria
aportado por el juzgado y posteriormente se hicieron copias autentificadas con
firma digital. El juez ha decidido, además, autorizar a los técnicos de la
Comisión de Investigación de Fomento a realizar mediciones de las ruedas de los
vagones, siempre acompañados por policía judicial, en el depósito de Padrón (A
Coruña) al que han sido trasladados.
Faltan por completar inspecciones oculares
y, además, está pendiente el acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que
hay que cortar, apunta el Tribunal Superior, que señala que existe "la
posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de
los restos". También está previsto realizar un estudio de la máquina y,
por el momento, no ha sido citado para declarar ningún testigo.
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