El
homenaje a la artista, "Chavela Vargas por siempre", será el 5 de
agosto, aniversario de la muerte de la cantante.
EFE | Lunes 05 de agosto de 2013
Chavela
Vargas, esa "dama de poncho rojo, pelo de plata y carne morena", como
la describió el cantante español Joaquín Sabina en "Por el bulevar de los
sueños rotos", nació en 1919 en Costa Rica, pero a los 14 años ya estaba
en México. En ese país fue cocinera, chófer, costurera y vendedora de ropa de
niños hasta que a los 30 inició su vida artística, a pesar de que sus conocidos
en el medio le decían que "cantaba horrible".
Artistas
de varios países, con predominio español y mexicano, se reúnen para
"celebrar que ha existido una artista como Chavela" Vargas, dijo ayer
Inma Serrano, quien será conductora de un homenaje a la cantante un año después
de que el mundo la perdiese.
Bajo la dirección artística de la escritora María
Cortina, la cantautora española Inma, "La voz del Mediterráneo",
encabezará el homenaje "Chavela Vargas por siempre" el 5 de agosto,
aniversario de la muerte de la artista conocida como "La voz de
México".
Los compositores Edgar Oceransky y Mario Ávila, los cantautores
María Elena "La Negra Chagra" y Tontxu, el cantante Fernando del
Castillo "El Chino" y los guitarristas Miguel Peña y Juan Carlos
Allende actuarán en un evento que comenzará con el tráiler del primer
documental de Rafael Amargo.
El bailaor español pasó cuatro meses con "La
Chamana", en los que reunió el material que dio lugar a "El amor
amargo de Chavela", su debut como director de cine y último documento
fílmico sobre la cantante. Inma Serrano destacó a Efe el "legado tan
importante en cuanto a la filosofía de vida, el compromiso con la música, con
la canción, con la palabra" de Chavela, así como su estilo
"atemporal".
Las grandes artistas pueden tocar temas muy delicados,
afirmó, "porque tienen esa estrella" que tenía la cantante de
rancheras y boleros. Chavela se envolvió en un jorongo (poncho) y presentó
"La Macorina" y otras canciones como "La Llorona",
"Piensa en mí", "Paloma Negra" y "Volver, volver"
por México, España, Argentina, Venezuela y Estados Unidos, entre otros países.
"Todo
lo que cantó, lo cantó en primera persona, con compromiso, de una manera
arriesgada y logrando que nadie se quedara impasible cuando la escuchaba",
comenta por teléfono Serrano, que la conoció en Madrid en 1992 y en quien se
percibe el respeto por esa "mujer arrolladora" y de "gran
personalidad".
Su voz, añadió, "era de verdad, era la voz del
corazón, una voz transgresora tanto como su mensaje, una voz de compromiso
(...), que miraba a los ojos, que llegaba directa, sin mentiras, sin trampas ni
cartón".
La seguridad y la fuerza "con que ella emitía era algo que
te dejaba fuera de juego", dice la cantautora, y añade que "si
Chavela aquí (en México) es un icono, en España para qué hablar". "Era
una leyenda viviente" en ese país, explica a su vez en una entrevista
telefónica Miguel Peña, uno de los "Macorinos" que tocó con la
artista desde 2003 y que sólo guarda buenos recuerdos de la "gran
mujer".
La muerte de su "cuate", el autor José Alfredo, y el
miedo a enfrentarse al público hundieron a Chavela en el alcohol, del que
emergió para volver a los escenarios con ayuda de la actriz y directora Jesusa
Rodríguez. Con varios homenajes y premios, Chavela Vargas apreció sobre todo el
cariño de la gente. "Amo en ustedes una cosa muy importante: que no me
quieren por lo que soy, sino por cómo soy. Eso es lo que yo agradezco",
dijo en un concierto.
Miguel Peña aprendió musicalmente de Chavela que "la
sencillez es lo que vale", y recuerda como prueba de su firmeza que con
unos 86 años rechazó recorrer las largas distancias del aeropuerto de Madrid en
silla de ruedas. "No quería compasión de la gente", y lo demostraba
caminando "muy derechita", explica.
Pero en los últimos años debió
aceptar esa silla, y sobre ella dio su último concierto el 11 de julio de 2012
en Madrid, donde pidió al público que no la dejasen "nunca" y se
despidió con un "hasta luego, nos veremos próximamente". Sin embargo,
Peña recuerda que a mitad del concierto ya se sentía mal, aunque "jamás se
quejó" y decidió terminarlo, tras lo que fue hospitalizada por una
taquicardia y viajó a México porque "presentía que ya llegaba el
final".
"Se dejó el corazón en Madrid. Quién pudiera reír como llora
Chavela", lamenta en su canción Sabina. El 30 de julio la cantante ingresó
en un hospital de Cuernavaca (centro de México) por una bronconeumonía, y
debido a una insuficiencia respiratoria el 5 de agosto fue Chavela Vargas la
que dejó a su público.
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