Nadie cuestiona que se agota el tiempo para limitar el aumento de la temperatura pero el escollo a decidir es la financiación.
Finalmente, después de que varios borradores de texto no lograrán el consenso y tras horas y horas de negociaciones, se consiguió adoptar un documento que aunque fija unas líneas muy generales y sin muchas concreciones, logró que la cita de Lima no se convirtiera en un nuevo fiasco como el de Copenhague.
Y aunque nadie cuestiona que se agota el tiempo para adoptar medidas que consigan limitar el aumento de la temperatura a no más de 2 grados a finales de siglo, los caminos para conseguirlo difieren y para un grupo de países en desarrollo pasa porque la factura más grande recaiga en los países más ricos y contaminantes.