EFE | Miércoles 14 de agosto de 2013
La
película X más rentable de todos los tiempos, "Deep Throat",
"vuelve" a los cines a través del filme "Lovelace", sin sexo explícito, pero que recrea las
trágicas consecuencias que aquél éxito sin precedentes tuvo sobre su
protagonista femenina, la sufrida Linda Lovelace.
A
pesar de ser conocido por sus siempre escuetas tramas, el cine porno se ha
convertido en una fuente de inspiración para el cine estadounidense, con el
estreno de "Lovelace", sobre la protagonista de "Deep
Throat", en un año en el que James Franco ha estrenado "Interior.
Leather Bar".
Con Amanda Seyfried
como la actriz y Peter Sarsgaard como Chuck, el beneficiario de sus célebres
habilidades bucales, el filme llega a los cines estadounidenses tras su paso
por los festivales de Berlín y Sundance y, sobre todo, después de superar el
bloqueo legal al que le había sometido por problemas de derechos la productora
de "Deep Throat", Arrow Productions.
Su perspectiva es casi
diametralmente opuesta al celebrado documental "Inside Deep Throat",
en la que no solo se analizaba el fenómeno del filme de 1972 que recaudó
cientos de millones de dólares -con un presupuesto tipo de película porno de
22.500 dólares- sino que se daba voz a los responsables de aquel hito, que
aseguraban que la moral y el feminismo habían interrumpido la evolución de la
pornografía de calidad.
"Interior. Leather Bar", falso documental
protagonizado y dirigido por James Franco que recrea los 40 minutos inéditos de
la cinta de William Friedkin "Cruising", protagonizada por Al Pacino,
versa a su vez sobre esa ruptura en la tolerancia del sexo explícito en las
películas, cuando se caminaba hacia la aparente liberación total en los años
setenta.
Exploración de las barreras psicológicas y éticas del sexo extremo y
centrada en un bar de sadomasoquismo gay, este filme fue aplaudido en Sundance,
donde compartió pantalla con "Lovelace", en la que, además, Franco
interpreta al director de la revista "Playboy", Hugh Heffner, de
quien hizo una estupenda película biográfica Milos Forman con Woody Harrelson
en los noventa.
El actor de "Milk" parece haber encontrado en el
porno una fuente inagotable de inspiración, pues también aparecía el año pasado
en "About Cherry", sobre una joven que comienza haciéndose una sesión
de desnudos y acaba en plena industria californiana del cine X, y también
participa en la comedia "Richard Peter Johnson", sobre un actor que
deja el porno en su mejor momento para probar suerte como intérprete dramático.
Ese salto, en la vida real lo han intentado llevar a cabo sin demasiado éxito
estrellas del cine erótico como Nacho Vidal (que participaba en
"Impávido") o Rocco Schiffredi (reclutado por la directora de culto
Catherine Breeillat en "Romance X").
Y la comedia sobre el porno ha
sido una idea que también habían realizado en Hollywood con el filme "Zack
& Miri Make a Porno", o en "Orgazmo", de los creadores de la
serie de dibujos animados "South Park", sobre un misionero mormón que
acaba por accidente en la industria del sexo explícito.
De igual manera que el
ahora vitoreado director español de "Blancanieves", Pablo Berger,
debutó con la no menos meritoria "Torremolinos 73", sobre una pareja
de españoles de clase baja que, en pleno desarrollismo de los 70 se dedica a
hacer porno amateur y se convierten en estrellas en Suecia.
Cecilia Roth
protagonizó "Una noche con Sabrina Love", de Alejandro Agresti,
historia de iniciación sexual entre un adolescente y una actriz porno, igual
que Val Kilmer encarnó a la gran estrella X John Holmes en
"Wonderland", que pasó desapercibida.
Y una visión más sórdida y más
independiente fue la que ofreció "The Fluffer", de Richard Glatzer y
Wash Westmoreland, sobre el atípico trabajo del "estimulador" que se
dedicaba a conseguir que los actores porno no perdieran su erección entre
escena y escena.
Sin embargo, la que
unánimemente está considerada la mejor película en este peculiar género es
"Boogie Nights", con la que el niño prodigio del cine estadounidense,
Paul Thomas Anderson, se dio a conocer, y en la que repasaba la historia del
actor porno Dirk Diggler, conocido como "Mr. 35 centímetros" por el
tamaño de su pene.
Un Mark Wahlberg dando la vuelta a su imagen de modelo de
Calvin Klein, un Burt Reynolds reviviendo de sus cenizas, una Heather Graham
que no se bajaba de unos patines y una Julianne Moore de Óscar hicieron que,
por primera vez, el espectador aguantara más de dos horas y media ante una
pantalla en la que se proyectaba algo relacionado con el porno.
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