Pionyang realizó ayer un segundo intento fallido de poner en órbita el Malligyong-1, su primer satélite de reconocimiento militar, después de que el sistema de autodestrucción de la tercera fase del cohete, la que porta el dispositivo satelital, funcionara incorrectamente, según indicó la agencia estatal norcoreana KCNA.
Lee aprovechó su comparecencia parlamentaria para subrayar que la acción norcoreana fue una "clara provocación" ya que, según defienden Seúl y otros miembros de la comunidad internacional, constituye el uso encubierto de tecnología de misiles balísticos, algo que Pionyang tiene prohibido con base en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
A su vez, Lee defendió que los ejercicios militares conjuntos a gran escala con EE.UU. Ulchi Freedom Shield (UFS), están sirviendo para "fortalecer la postura de defensa combinada".
Las maniobras, que arrancaron el pasado lunes y durarán hasta el 31 de agosto, suelen ser duramente criticadas por el régimen norcoreano, que las considera como un ensayo para invadir su territorio y que esta semana advirtió que en este caso podrían conducir a una "guerra termonuclear".