Además, Francisco pidió que «no se olvide» y se rece por «la martirizada Ucrania, que está sufriendo tanto», así como por Palestina, Israel y Myanmar (Birmania).
«No olvidemos a tantos países», añadió el pontífice, antes de pedir «que se detengan» los conflictos armados.
El papa llegó a la plaza de San Pedro a bordo del papamóvil rodeado de cuatro niños y saludando a los miles de fieles que abarrotaron el lugar como cada miércoles en una jornada soleada y temperaturas agradables que permitieron una asistencia masiva a la audiencia.
Francisco dedicó su catequesis a la humildad, una virtud que, sin ella, «hay guerra, discordia y división», y la señaló como «fuente de la paz en el mundo y en la Iglesia».
«La humildad lo es todo. Es lo que nos salva del Maligno y del peligro de convertirnos en sus cómplices. Es la fuente de la paz en el mundo y en la Iglesia», manifestó.
El papa Francisco también sostuvo que «para librarnos del demonio de la soberbia» basta con «mirar un cielo estrellado para redescubrir la justa medida», y señaló que «la ciencia moderna nos permite ampliar mucho más el horizonte y sentir aún más el misterio que nos rodea y habita».