EFE | Martes 03 de septiembre de 2013
Desde que en 1982 llegasen a la cuarta ronda del último Grand Slam del año siete treintañeros, nunca había habido tantos veteranos en esta etapa del torneo, lo que algunos atribuyen a la profesionalización de sus equipos y otros a la falta de jóvenes con la capacidad de derrocarlos.
Cinco
veteranos tenistas de más de treinta años, Lleyton Hewitt, Roger Federer, Tommy
Robredo, Mikahil Youzhny y David Ferrer, han logrado alcanzar los octavos de
final del Abierto de Estados Unidos, el mayor número en más de tres décadas.
"El
ser humano también evoluciona físicamente, todos tenemos un equipo de trabajo
mucho mejor que hace diez años, tenemos fisioterapeuta, médicos... eso ayuda a
que alarguemos nuestros años de vida", decía Tommy Robredo, que a sus 31
años está luchando por entrar entre los veinte mejores del mundo.
El catalán se
enfrentó en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos a un joven de 23
años, el británico Daniel Evans, y, contra lo que pudieran decir las quinielas,
fue él quien logró salir victorioso pese a que ese duelo a cinco sets se
prolongó durante 3 horas y 13 minutos.
"(Un partido a) cinco sets es
físico pero también es mental, hay partidos en los que, solo estando bien de
cabeza, ganas puntos que son muy importantes", decía Robredo, quien ya
había necesitado cuatro sets en su debut en Flushing Meadwos para imponerse al
australiano Marino Matosevic.
En octavos le esperará otro partido duro, el que
le enfrentará a otro de los treintañeros que quedan en el cuadro principal del
US Open, el suizo Roger Federer, quien aseguró al inicio de este Grand Slam que
ahora, a sus 32 años, se despierta con menos dolores que cuando tenía 25.
"¡Pues
qué suerte! Es que Roger está hecho de otra pasta", comentaba entre risas
el español David Ferrer, número 4 del mundo a sus 31 años, cuando se le
preguntaba por las palabras del ex número uno del mundo. "Yo bajo las
escaleras de lado como un abuelo, a mí me cuesta mucho más recuperarme,
necesito cuidarme mucho más, ser más profesional, pensar más en mi carrera
tenística... Antes podías hacer alguna que otra barbaridad que al día siguiente
te recuperabas", aseguraba Ferrer.
No solamente cinco veteranos tenistas
siguen en pie en el último Grand Slam del año, sino que habían logrado entrar
al cuadro principal del Abierto que se disputa en Nueva York un total de 33
jugadores de más de treinta años, lo que supone por segundo año consecutivo un
récord histórico en este torneo.
Entre aquellos treintañeros se encontraban
argentinos como Carlos Berlocq o Máximo González, este último quien, si bien
cayó en segunda ronda ante el estadounidense Jack Sock, había sorprendido al
derrocar en su debut al polaco Jerzy Janowicz, decimocuarto cabeza de serie.
"(Se
debe a) la experiencia que uno tiene de saber cómo son las cosas, saber que
tienes que estar, que no importa la edad. Berlocq ganó su primer ATP a los 30,
35 tiene (Tommy) Haas y está once o diez, los jugadores del River a los 30
están teniendo resultados, todo eso también te motiva", decía González.
Sin
embargo, no todos los jugadores tienen la misma fe en las viejas raquetas, como
el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, que hablaba sobre la
renovación del tenis al ser preguntado por Roger Federer, que ha caído hasta el
número siete del mundo. "Es el ciclo de la vida, no puedes esperar que
alguien esté siempre al mayor nivel, este deporte demanda mucho, tanto física
como mentalmente", aseveraba.
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