Reproducimos las declaraciones de Guillermo Caram en relación a la recuperación del reformismo como fuerza mayoritaria.
Recurro a
esta frase pronunciada por Joaquín Balaguer en el Parque de las Piedras de San
Cristóbal al dar apertura a la campaña para las elecciones Congresionales y Municipales
del 1998 para hacer un llamado a los principales ejecutivos de los partidos
políticos que abrazan el credo reformistas y/o Balaguerista (PRSC, La
Estructura y Dominicanos por el Cambio,
entre otros), a que procuremos algún
género de entendimiento que nos capacite ofrecerle al pueblo dominicano una
propuesta electoral basada en la doctrina y praxis del reformismo con posibilidades de ser implementada.
Para nadie es un secreto que el reformismo ha venido debilitándose, sostenida y progresivamente, en las preferencias del electorado dominicano luego de haber gobernado por 22 años y de habernos posicionado como segundo partido en las elecciones del 2000. Las últimas siete encuestas levantadas en los últimos meses nos sitúan, en conjunto, con un posicionamiento por debajo del 5%; lo que en la percepción ciudadana se considera como límite para calificarnos como fuerza mayoritaria.
El reformismo es la única corriente social que ha tenido vocación política y económica totalmente distinta a los grupos que nos han gobernado en los pasados 20 años. Su acción reformadora siempre estuvo dirigida a atender y satisfacer las necesidades de las familias de más bajos ingresos sin perder de vista a la sociedad en su conjunto. Reunificamos la familia dominicana, transformamos la economía, nuestra infraestructura urbana y regional y mejoramos sustancialmente las condiciones de vida de nuestro pueblo tal y como se puede observar en la evolución del índice de Desarrollo Humano que elabora el PNUD. La defensa de nuestra integridad nacional y territorial constituyó una consigna permanente de nuestros gobiernos. La explosión del tráfico de ilegalidades devino a nuestra salida del poder.
Estos resultados nos deben llevar a asumir responsabilidades y traducirlos en pasos concretos para procurar la recuperación del reformismo como fuerza mayoritaria. Abriéndolo y ampliándolo, podrán revertirse nuestras debilidades y capacitarnos para superar las decepciones sufridas por nuestro pueblo ante actuaciones de políticos que han gobernado durante los períodos constitucionales ya concluidos.
Una
iniciativa al respecto podría ser conformar una Plataforma multipartidaria reformista expresada e integrada por
aquellas organizaciones que proclaman, implícita o explícitamente, su adhesión
al credo reformista. Con ello estaríamos dando testimonio y rescatando la
concepción pluralista propia del social-cristianismo.
Deseando contribuir al establecimiento de esta vía de entendimiento mantengo mi filiación en el
PRSC, brindo apoyo a los que han dado pasos de adherirse a otros esquemas
partidarios y estoy dispuesto a plantear esta iniciativa a otras organizaciones
que de alguna manera u otra enarbolan el reformismo y/o consideran que sus
políticas constituyen la mejor respuesta a la delicada situación social,
económica, moral e institucional que estamos padeciendo los dominicanos.
Estoy consciente de las dificultades que habrán de presentarse para la estructuración de esta Plataforma, pero estas no deben inhibir el intento, "a tiempo y a destiempo" al decir de las escrituras.
De lograr algún género de entendimiento estoy seguro que induciríamos un formidable impacto para fortalecer el reformismo y superar las debilidades de hoy; lo cual está afectando a la democracia dominicana, conforme la admonición arriba citada de Balaguer. Y dentro del periodo de tiempo, todavía suficiente, que resta antes de iniciar la campaña hacia la consulta cívica a celebrarse en mayo 2016.
EL PRSC,
La Estructura, Dominicanos por el Cambio y otros partidos que estuvieron en
algún momento ligados al reformismo, incluyendo
el socialcristianismo aspirado por diversas instancias de la
sociedad, institucionalmente o por vía de sus dirigentes, estamos obligados
moralmente a intentar algún genero de entendimiento para cumplir con las
obligaciones que tenemos con nuestra nación, compatibles con las
responsabilidades inducidas por Balaguer y con la preservación de nuestras
aportaciones a la dominicanidad que efectuamos cuando la historia nos dio la
oportunidad de gobernar.
Un paso inicial podría ser que los tres principales ejecutivos de las organizaciones citadas se reúnan para conversar sobre el acontecer nacional y traten de encontrar la mayor sinergia posible de las fortalezas individuales que cada una de ellas posee. Si fuere necesario, estoy seguro que importantes instancias nacionales, especialmente del mundo de las comunicaciones, se prestarían para facilitar éste proceso.
El impacto público que causaría este encuentro serviría de evaluación sobre la pertinencia de proseguir o no con la iniciativa sugerida.