El Pacto Eléctrico
abulta propuestas para minimizar atención al problema neurálgico del sector:
El sistema de fijación
de sobre-precios compra-venta entre distribuidores y generadores
Advertimos que la abundancia de propuestas, deliberada
o ingenuamente, que se están escenificando dentro del PACTO ELÉCTRICO convocado
por el gobierno con participación empresarial, laboral académica, sociedad
civil y profesionales; terminará desviando la atención al encaramiento del
problema neurálgico del sector que es el sistema de fijación de los precios al
que las distribuidoras compran la energía a los generadores.
Para avalar esta afirmación bastaría repasar las noticias que afloran a
los medios y en el portal electrónico que, al respecto, fomentado consultas como avalanchas prolijas que dificultan la
consideración de lo más importante.
Bastaría observar algunos planteamientos: Los
generadores, insistiendo que los déficit son por culpa de las distribuidores,
proponen que se fusionen las EDES, volviendo al esquema previo de la
capitalización. Se discute con los municipios derechos en torno a la
facturación de parte de las EDES. La
UASD se centra en la COGENTRIX, planes de expansión, energías renovables, etc.
El sector laboral, supuestamente llamado a demandar reducciones de precios de
energía para que la economía emplee más personas y para que los trabajadores
sen menos perjudicados, no ha propuesto nada.. Por supuesto no faltan
planteamientos de siempre: sustracción de energía, fraudes, pérdidas, deficiencias
de cobros.
Todo ello, valedero e importante.
Pero no advertimos que se está atacando el nudo
gordiano del problema que es el sistema de fijación de precios de la energía comprada a generadores por
parte de las distribuidoras que conduce a un sobre precio causante de déficits
financieros y fiscales, así como costos elevados de la electricidad en
perjuicio de los presupuestos familiares y el costo de producción de nuestras
empresas.
Ejemplo de ello durante los últimos cinco meses del
año 2014 (agosto-diciembre), cuando comenzó la caída del precio de los
combustibles en los mercados internacionales, el fuel oil, que constituye casi
la mitad del combustible utilizado para generar electricidad disminuyó su
precio un 28% mientras que el precio de la energía comprada por las EDES a los
generadores predominantemente privados apenas disminuyó un 4%. Es decir, un
descenso de siete veces menos que el observado
por el precio del combustible utilizado para producir la energía.
Esto se deduce al analizar el INFORME DE DESEMPEÑO DEL
SECTOR ELECTRICO publicado por la CDEEE a diciembre 2014, donde se constata que
el precio promedio del fuel oil
comprado durante los últimos 5 meses del
año 2014 fue US$ 71.98 el barril, un 28% menos que el
precio promedio para el mismo periodo del año 2013 que fue de 92.25. En cambio
la energía comprada por las EDES a los generadores predominante privados apenas
disminuyó un 4% al pasar de US$16.2 el kwh en 2013 a US$ 15.6 en 2013.
Teniendo en cuenta que el fuel oil
constituye casi la mitad del combustible utilizado en la generación eléctrica,
la disminución del precio no de compra de la energía por parte de las EDES a
los generadores debió ser del orden tres veces y media al observado.
Mas aún: Inexplicablemente, a noviembre 2014, el
precio de compra de la energía comprada por las EDES, de US$ 0.16 el kwh, fue exactamente el mismo a que fue comprado un
año atrás (2013), no obstante que el
fuel oil que entre noviembre 2014/2013 había observado un descenso del 40% entre
de US$89.55 barril a US$63.97.
Todos estos datos están extraídos del citado INFORME.
Las autoridades deben una explicación al pueblo
dominicano sobre el porqué seguimos disponiendo de servicios de electricidad
tan caros como antes de producirse descensos de precios de combustibles;
específicamente si es que hubo otros costos y gastos que aumentaron hasta
neutralizar estos descensos o si esta situación ha terminado provocando ganancias excesivas a generadores.
Y el PACTO ELECTRICO debe dilucidar éste tema para
desatar el nudo gordiano del sistema de precios de compra-venta de energía
entre generadores y distribuidores que está perjudicando la economía de
ciudadanos y empresas; y especialmente provocando enormes déficits financieros
que se traducen en fiscales amenazantes de nuestra estabilidad.