Los equipos del Oeste han ganado 10 de las últimas 14
finales
La potencia de Miami vs la veteranía de San Antonio: se levanta el telón de la final
jueves 06 de junio de 2013, 21:29h
A partir de hoy se jugará un mínimo de 4 partidos o un máximo
de 7. Los Heat de llegan con el descanso justo tras jugar los siete encuentros
en su final de conferencia, los Spurs llegan con más de una semana de descanso,
quizá ideal para un equipo cuyo trío estelar supera en edad al trío estelar de
Miami.
Tim
Duncan busca su quinto anillo de campeón de la NBA desde que ganara el primero
en 1999 contra los New York Knicks. Una quinta victoria reforzaría la posición
de San Antonio Spurs como el cuarto mejor ganador en la historia, tras Celtics,
Lakers y Bulls. LeBron James busca su segundo título consecutivo, el
bicampeonato. Nada fácil. De hecho, los Spurs, nunca han podido ganar dos
títulos seguidos. Eso ha sido patrimonio de pocos equipos en la historia: Lakers,
Celtics y Bulls, en varias ocasiones; Detroit Pistons y Houston Rockets en una
ocasión.
Pero pensar que la final será una batalla Duncan contra James sería un
error. Dwyane Wade sabe lo que es ganar una final sin su socio LeBron, cuando
Miami ganó su primera final en 2006 y James estaba aún con los Cleveland
Cavaliers. Ginóbili y Parker, a pesar de los años a cuesta, siguen siendo jugadores
altamente efectivos, tanto como para ayudar a San Antonio a ser uno de los
equipos más difíciles de vencer en el presente siglo.
Los Spurs no saben lo que es perder una final
de NBA. Si llegan, la ganan. Por lo menos, eso es lo que ha pasado las cuatro
veces anteriores que han llegado a esta instancia. Por otra parte, LeBron ya
sabe lo que es perder ante San Antonio, cuando los tejanos le ganaron a
Cleveland Cavaliers la final de 2007, y por barrida. Incluso, James ha perdido
más finales que las ganadas: también perdió la final de 2011, cuando Dallas
venció a Miami en seis partidos.
El
pasado no todo lo determina, pero es muy posible que a partir de esta noche
sobre la cancha planee de manera inmaterial la imbatibilidad de San Antonio en
las finales y la menos gloriosa historia de los Heat en las finales. A partir
de hoy los Duncan, Parker y Ginóbili pueden comenzar a cerrar una de las etapas
más gloriosas de equipo alguno en la NBA (la edad ya empezará a pesar para ellos)
o puede ser el comienzo de la confirmación de Miami como uno de los grandes
equipos de la historia, y quizá el inicio de una dinastía.