INTRODUCCIÓN
Peter Susking, el famoso autor de la única novela escrita sobre los olores, "El Perfume", musicólogo además, dice lo siguiente: "cualquier músico le confirmará gustosamente que una orquesta puede prescindir del Director, pero no del contrabajo, porque el contrabajo es indispensable, al igual que lo es, la comunidad organizada a la sociedad misma: esta es su olor, su perfume.
Las orquestas han tocado sin directores durante siglos. En la historia de la evolución musical, el director es un invento muy reciente, del siglo XIX. Es imposible tocar una orquesta sin contrabajo. Puede decirse que la orquesta no existe hasta que no tiene un bajo.
Hay orquestas sin primer violín, sin instrumentos de viento, sin timbales y trompetas. Pero no sin bajo.
Lo mismo sucede con el desarrollo en sentido amplio, garantizado en comunidades activas, creativas: destrezas laborales, artísticas, musicales, idiomáticas y deportivas. En comunidades organizadas y creativas, con estas cinco destrezas, hay desarrollo estable. Con estas destrezas, la comunidad puede organizar su tiempo laboral, su tiempo libre y su tiempo de sueño, sin intermediarios. Nada ni nadie es capaz de manipular a estas comunidades, ni siquiera los partidos políticos.
Con esto quiero llegar a la afirmación de que el contrabajo es el instrumento más importante de la orquesta".
"Cuando se excluye el bajo, se rompen los cimientos de la educación musical. Una banda de jazz sin bajo se desintegra como en una explosión. En la música clásica, sin el bajo, reinará la más completa confusión".
Solo quiero dejar bien sentado que el contrabajo es para Peter Susking, un instrumento central en la orquesta, al igual que la comunidad activa y creadora es el instrumento central del desarrollo en sentido amplio.
DESARROLLO EN SENTIDO AMPLIO
Pero eso no es siempre compartido por todo el mundo: "¿ Acaso le gustaría al primer violín admitir que sin el contrabajo es como un emperador sin ropaje, un símbolo ridículo de la propia vanidad e insignificancia?
¿Acaso admitirían aquellos partidos clientelistas, que viven de la manipulación de los ciudadanos, que las propias comunidades organicen su tiempo laboral, su tiempo libre y su tiempo de sueños? Todo cambia y ahora hasta Rene Descartes está en entredicho.
Una habitación. Se oye un disco, la Sexta Sinfonía de Beethoven. Alguien la tararea. Vuelven unos pasos que se alejaban. Alguien abre una botella y se sirve una cerveza. Un momento...ya viene...¡Ahora! ¿Los oye? ¡Ya! ¡Ahora! ¿Los oye? Me refiero a los bajos. A los contrabajos... Hay orquesta. Hay comunidad musical. Alguien levanta el brazo del tocadiscos. Fin de la orquesta.
Lo mismo nos pasa en la sociedad: un momento... ya viene...¿Ahora? ¿La oye? ¡Ya! ¡Ahora! Me refiero a la comunidad ya organizada. Existe una comunidad. Hay un pueblo organizado. La comunidad se reelige a sí misma: elije a sus mejores candidatos, cuando organiza en cada ensanche su tiempo laboral, su tiempo libre y su tiempo de sueño reparador.
Evidentemente estoy hablando de música clásica, de jazz y de política. Estoy hablando también de nuestro país, donde la música clásica todavía no es importante, es aún música de muertos, donde todavía se toca de oído, sin contrabajos, en las propias comunidades. Me refiero íntegramente a educación musical. Y no puedo dejar de asociar que el contrabajo es a la orquesta lo que el desarrollo, con sus cinco destrezas: laborales, artísticas, musicales, idiomáticas y deportivas, es a una comunidad activa y creadora que aún debemos construir, en el corto, mediano y largo plazo.
No fue posible, en ninguna parte del planeta tierra, hacer una revolución industrial si no se abandonaban los sistemas de una economía casi exclusivamente administrada por políticos. Sucedió primero en toda Europa, luego en los Estados Unidos, Nueva Zelandia, Australia, Japón y otros países del sudeste asiático. Comienza a suceder ahora en la Europa del Este, luego de la caída del muro del Berlín. ¿Por qué habría de ser distinto en la República Dominicana?
Lo escribo porque lo viví en varios países del continente europeo, donde viví mucho tiempo. Lo escribo porque fuí testigo también de ello en los Estados Unidos y en Asia. Lo escribo porque la única vía del desarrollo amplio, conocida en cada persona o individuo ha sido, por vía del desarrollo de sus cinco destrezas, desde la escuela primaria hasta la universidad.