El autor, Víctor Fernández, "trata de deshacer el mito de la
posible traición de Dalí a Lorca"
|
Salvador Dalí y Federico García Lorca |
Toda la correspondencia entre García Lorca y Dalí en un libro
Por EFE
martes 18 de junio de 2013, 07:12h
"Querido
Salvador, querido Lorquito" (Elba Editorial) concluye con una carta al
director que escribe Dalí en 1986 a El País, a modo de epílogo de aquella
relación, y que fue el último escrito que hizo poco antes de morir; una misiva,
según Fernández, "en la que rechaza que aquella relación fuera como una
azucarada novela rosa, cuando en realidad fue un amor erótico y trágico por el
hecho de no poderlo compartir".
El
libro "Querido Salvador, querido Lorquito" reúne por primera vez toda
la correspondencia cruzada entre el poeta andaluz Federico García Lorca y el pintor
catalán Salvador Dalí, que incluye algún documento inédito. El periodista y
estudioso Víctor Fernández explicó ayer en la presentación del libro que se trata de
"una recopilación de las cartas conocidas", a las que han intentado
añadir "algún documento que no se conociera, como una carta de Dalí a
Lorca en la que habla del 'Ulises' de Joyce, que no se conocía apenas".
Fernández
ha sumado a esa correspondencia cruzada el epistolario de Lorca con la hermana
de Dalí, Ana María, con su padre y con Lidia de Cadaqués, o nuevos documentos
que ha encontrado como un dibujo que el propio Dalí pide que se llame
"Lorca Dalí" (1926), que es de una colección privada. También es
inédita una hoja de carta de la finca de Coco Channel, donde estuvo hospedado
Dalí, en la que el pintor dibuja una cabeza de un Lorca que ya estaba muerto. Fernández
trata de deshacer el mito de la posible traición de Dalí a Lorca y las razones
de aquel 'olé' que exclamó tras conocer su muerte: "En una de las cartas
explica que aquel 'olé' era como el grito desgarrador del flamenco o la
expresión que se lanza al torero tras una buena faena", aclara.
De hecho,
después de la muerte de Gala, sostiene Fernández, "Dalí se dio cuenta que
había perdido alguna cosa". Lorca estuvo presente a lo largo de toda su
vida y, como el propio especialista en el pintor, Rafael Santos Torroella,
señala, "hay una época lorquiana", que sitúa entre 1925 y 1927. Considera
el editor del libro que "la relación homosexual no gusta a algunos
expertos que niegan esa etapa lorquiana e incluso llegan a negar que Lorca aparece
en los cuadros de Dalí".
La principal obra que Lorca dedica al ampurdanés
es "Oda a Salvador Dalí", que el poeta granadino no había dedicado
con esas características a un amigo y la publica en la Revista de Occidente. Hay
dos cuadros de Dalí que son las obras culminantes en su relación con Lorca:
"La academia neocubista", que se encuentra en el Museo de Montserrat,
y "La miel es más dulce que la sangre", que está en paradero
desconocido y del que el libro reproduce un esbozo. La obra conjunta más
importante es, sin duda, "Mariana Pineda" (1927), una pieza teatral
con decorados y figurines de Dalí.
Fernández asegura que "hay constancia
de cartas destruidas, que es la gran tragedia, especialmente de Lorca a Dalí,
pues en sentido inverso se conservan seguramente el 90%. El especialista señala
a dos mujeres como culpables de la desaparición epistolar: Ana María Dalí, que
vendió muchos documentos cuando Dalí fue expulsado por su familia; y Gala, que
mantuvo una especial animadversión hacia Lorca, seguramente por
"celos".
El propio Enric Sabater, secretario de Dalí, ha explicado a
Fernández que "Lorca era un tema que no existía, y del que nunca se
hablaba". En ese epistolario "tan sincero", ninguno de los dos
interlocutores baja la guardia, señala Fernández: "Lorca intenta seducir a
Dalí y este intenta estar a la altura intelectual de su amigo granadino". Tras
la muerte de Lorca, el propio Dalí propició que se tradujera "Oda a
Salvador Dalí" al francés, traducida por Paul Éluard, y muchos proyectos
quedaron en el aire, como la realización de una ópera conjunta que Lorca
propone en una de las cartas.
Una última posibilidad podría hacer aparecer
documentación inédita de Lorca en Londres, donde vivía uno de sus amigos,
Rafael Martínez Nadal, quien atesoraba un baúl lleno de papeles del autor del
"Romancero gitano". Una postal que conservaba Martínez Nadal se
incluye en "Querido Salvador, querido Lorquito", pero podría haber
más documentos en ese archivo que actualmente tiene su viuda.