El actor, de raíces italianas, murió en Sicilia, donde
recibiría un homenaje en un festival de cine
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James Gandolfini en su rol de Tony Soprano. |
Gandolfini, un tipo de New Jersey
Por EFE
viernes 21 de junio de 2013, 00:57h
El
estado natal de James Gandolfini, New Jersey, llora hoy la repentina muerte del
protagonista de la serie "The Sopranos" por ser "uno de los
suyos", agolpándose en la casa donde vivía su famoso personaje y apelando
a la identidad del lugar que mira a Nueva York desde el otro lado del río
Hudson.
James
Gandolfini había nacido el 18 de septiembre de 1961 en Westwood, crecido en
Park Ridge, de cuyo instituto se graduó en 1979, para luego ir a la universidad
de Rutgers. Todos los pasos para convertirse, según el gobernador del estado,
Chris Christie, en "un verdadero hombre de Nueva Jersey".
"Yo
llegué a conocer a Jimmy y muchos de los otros actores del elenco de 'Los
Soprano' y puedo decir que cada uno de ellos como individuo es una joya para
Nueva Jersey", añadió Christie tras conocer la muerte del actor, lanzado a
la fama mundial por un personaje que también residía en este estado. Condenado
a papeles secundarios en la gran pantalla, Gandolfini, con su oronda figura y su
mirada triste, emergió en "Los Soprano", la serie que abrió la nueva
época dorada de las series en la televisión, como un carismático, matizado,
cotidiano y brutal patriarca mafioso.
Hoy, en la casa de Nort Caldwell donde su
familia ficticia residía, se agolpaban los fans de la serie. Velas y flores se
iban acumulando conforme avanzaba la mañana recordando tanto al personaje como
al actor, fallecido irónicamente en Sicilia, cuna de la mafia y donde recibía
un homenaje en un festival de cine. "Gandolfini puso el lugar que llamamos
hogar en el mapa. Millones de personas que nunca habían estado aquí
descubrieron los lugares (y hábitos) que nosotros damos por hecho",
recuerda en su editorial el periódico digital del estado NJ.com.
Efectivamente,
el turista ya no solo quiere ver el Manhattan de Woody Allen o las tiendas y
restaurantes de "Sex and the City". También quiere respirar ese
ambiente de barrio italoamericano, pasar por el peaje de la autopista New
Jersey Turnpike, o visitar el club de striptease "Bada Bing", aunque
en realidad se llame "Satin Dolls". De la misma manera, en 2007 los
mitómanos vivieron como herejía el cierre de "Satriale's", la
carnicería que servía de escenario en la serie y donde se despachaban algo más
que chuletas de cerdo.
Y hoy, en Holster's de North Jersey, el
"diner" (típico restaurante estadounidense) donde concluía la
galardonada serie, la gente se reunía para compartir el "shock" ante
la inesperada muerte de su ídolo, con solo 51 años y con la vitalidad a pleno
rendimiento. Dentro, se puede ver un reservado en negro, en señal de luto y su
dueño, según recoge el USA Today, recuerda a Gandolfini como "un gran
hombre, muy con los pies en la tierra", asegurando que esos anillos de
cebolla que consumía Tony Soprano en la despedida de la serie, eran también los
favoritos del actor.
Efectivamente, Gandolfini era "un tipo de Nueva
Jersey", con su físico alejado del glamur, con un currículum que incluía
trabajos más mundanos como gorila de discoteca antes de debutar en Broadway con
"Un tranvía llamado deseo", y con sus continuas declaraciones sobre
su rechazo a cualquier culto al cuerpo.
"Solía decir que era un Woody
Allen de 120 kilos. Pero ahora debería decir de 135", bromeó en una
ocasión, sobre su aspecto creciente. Y cuando se convirtió en un fenómeno
mediático perseguido por la prensa, simplemente decía: "Soy un actor. Hago
mi trabajo y me voy a casa. ¿Por qué estáis interesados en mí? No preguntaríais
a un camionero sobre su trabajo". "Otras celebridades tuvieron raíces
en Nueva Jersey, por supuesto. Desde Frank
Sinatra a Whitney Houston pasando por John Travolta y Brooke Shields. Pero Gandolfini, como ese otro 'jefe'
(en referencia al 'boss', Bruce Springsteen), nunca dejó atrás sus orígenes, ni
siquiera después de ser catapultado al estrellato", se despedía el NJ.com.