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Una de las manifestantes que exigen pensiones en Nicaragua. |
Continúan las protestas de las personas de la tercera edad en Nicaragua exigiendo pensiones
Por EFE
viernes 21 de junio de 2013, 05:57h
Los
ancianos demandan la aprobación de una ley que incluya la pensión reducida de
vejez, equivalente a unos 125 dólares mensuales; derecho a servicios médicos,
medicinas y préstamos personales, entre otros beneficios.
Cientos
de ancianos nicaragüenses cumplieron ayer su cuarto día de protesta en demanda
de una pensión básica, pese a haber sido desalojados de las instalaciones del
Seguro Social, en tanto un sindicato sandinista convocó a una "movilización"
para contrarrestar los reclamos.
Los ancianos, aglutinados en la Unidad
Nacional del Adulto Mayor (UNAM) y que permanecían en las afueras del edificio
del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), retomaron el jueves
sus protestas horas después de haber sido sacados de ese lugar por la Policía
Nacional. Sin embargo, no lograron ingresar hasta el mismo sitio donde
mantenían su protesta desde el lunes, el cual es resguardado ahora por un
fuerte dispositivo de seguridad tras los incidentes violentos del miércoles
entre policías, ancianos y pobladores jóvenes que acudieron a auxiliarlos.
Según
la UNAM, en Nicaragua viven 25.000 ancianos que no lograron alcanzar el número
mínimo de 750 semanas de cotizaciones que establece la ley, pero son mayores de
60 años y tienen al menos 250 semanas de cotizaciones, por lo que reclaman una
pensión reducida. El diputado oficialista y principal dirigente del sandinista
Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), Gustavo Porras, anunció en una rueda
de prensa que "movilizarán" a sus bases el próximo lunes para
contrarrestar la protesta de los ancianos, la cual dijo está siendo
"manipulada" por la oposición.
Porras, presidente de la comisión de
Salud de la Asamblea Nacional, indicó que esas pensiones representan entre 13 a
23 millones de dólares anuales y no están dentro del presupuesto del INSS. Dirigentes
de la UNAM denunciaron ayer que fueron desalojados del lugar en horas de la
madrugada, bajo amenazas y reducidos con las manos hacia atrás, con técnicas
que son aplicadas para dominar a delincuentes.
El presidente de la UNAM,
Porfirio García, detalló a periodistas que "forcejearon" con agentes
policiales, que les obligaron a abordar autobuses y confirmó que fueron
trasladados a centros hospitalarios y luego a sus residencias. García acusó a
la Policía de mantenerlos "tres días encerrados" frente al edificio
del INSS al colocar a cientos de oficiales en el perímetro para evitar que
tuvieran comunicación con sus familiares, o les llevaran alimentos o sus
medicamentos. También denunció que las autoridades cortaron el servicio de agua
potable en las afueras del lugar donde mantenían la protesta y no le
habilitaron ningún servicio higiénico durante los tres días.
Los ancianos
"fueron trasladados" a tres centros asistenciales "para pasar
chequeo médico preventivo, recibir alimentación y las atenciones necesarias,
sin que se haya registrado ningún incidente", dijo, por su lado, a
periodistas, el portavoz policial, Fernando Borge.
La Archidiócesis de Managua
expresó en un comunicado su "honda preocupación" por la situación de
los ancianos. "Estos adultos mayores, que han trabajado colaborando con el
desarrollo del país, merecen el respeto y el apoyo necesario para acceder a
unas condiciones de vida digna", señalaron en el documento suscrito por
Leopoldo Brenes y Silvio Báez, obispo principal y auxiliar de la arquidiócesis
de Managua, respectivamente.
"Es inaceptable cualquier intento de
represión en su contra o de impedimento a su justa protesta cívica", indicaron.
Los agentes policiales también impidieron que los ancianos fueran atendidos por
paramédicos e incluso evitaron que jóvenes, que se han solidarizado con sus
demandas, lanzaran bolsas con comida y agua hacia donde se hallaban los
manifestantes.