La
neuropatía diabética periférica es un daño que ocurre en los nervios debido a
los altos niveles de azúcar en la sangre provocados por la diabetes y afecta a
un 50% de las personas con esta enfermedad, así lo reveló el estudio "Avances en la epidemiología, patogénesis y
manejo de la neuropatía diabética periférica" realizado por el médico
británico Solomon Tesfaye y publicado en la revista Diabetes.
Las
lesiones asociadas a la neuropatía diabética son causadas por una disminución
del flujo sanguíneo y por los altos niveles de azúcar en sangre, lo que ocurre
sobre todo, cuando el paciente no está controlado. El daño a nivel neurológico
es visible entre 10 y 20 años después del diagnóstico de diabetes.
El paciente
puede sentir dolor y algunos síntomas asociados como hormigueo y
adormecimiento, así como pérdida de sensación en las manos, brazos, piernas y
pies lo que sin duda afecta la calidad de vida. Estos síntomas describen lo que
se denomina dolor neuropático que es producido por un mal funcionamiento de los
nervios que generalmente se agudizan en la noche perturbando el sueño, lo que
podría generar en el paciente depresión o ansiedad, ante la reducción de las
habilidades para realizar las tareas diarias.
El enfoque actual de tratamiento para la neuropatía diabética, sugiere
como primer paso la realización de un examen físico para evaluar la función
motora y la sensibilidad de brazos y piernas. Este examen debe incluir la
inspección de pies, evaluación de los reflejos y la respuesta sensitiva a la
vibración o al roce, ya que algunos pacientes sienten dolor y otros no.
Adicionalmente y con el fin de controlar el dolor en los pacientes, el
Panel de Expertos del Consenso de Neuropatía Diabética de Toronto, recomendó el
uso de medicamentos que actuaran sobre el sistema nervioso central, entre los
que cita como fármacos de uso prioritario la pregabalina, cuyo nombre comercial
es Lyrica de Pfizer.
Este tratamiento es capaz de controlar el dolor originado por el daño
que produce la neuropatía diabética gracias a que, por su mecanismo de acción,
permite modular la actividad de los neurotransmisores (sustancias químicas que
permiten a las células comunicarse entre sí), controlando así los impulsos
nerviosos, que son interpretados en el cerebro como dolor.
Se estima
que para el 2030 la cantidad de personas con diabetes en el mundo será de 472
millones y de esa cantidad 236 millones sufrirán algún tipo de neuropatía, lo
que representa un costo muy alto para los sistemas de salud. Por ejemplo en los
Estados Unidos, el costo total asociado a la atención de las neuropatías es de
10.9 billones de dólares al año.
Si a lo
anterior se suman los principales factores de riesgo para desarrollar
neuropatía diabética como mal control de la glicemia, la edad, presión alta,
obesidad, tabaquismo, triglicéridos elevados, así como la duración de la
diabetes desde el momento en que se diagnosticó, se plantea un importante reto
para los sistemas de salud, médicos y la sociedad, al ser la neuropatía el
síndrome más común entre los diabéticos