La mandataria brasileña destaca el carácter democrático de
las manifestaciones
Dilma Rousseff ofrece diálogo a los "indignados" de Brasil
Por EFE
sábado 22 de junio de 2013, 22:59h
"Voy
a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y
asociaciones populares" pues "precisamos de todas sus contribuciones,
reflexiones y experiencias", declaró Rouseeff en un mensaje en cadena
nacional, en el que reiteró su "enérgica condena" a la violencia que
ha habido en algunas de las protestas.
La
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tendió una mano a los
"indignados" del país y se dijo dispuesta a recibirlos, al cabo de
una jornada en que las protestas perdieron fuerza tras congregar este jueves a
1,2 millones de personas.
En el mensaje, que duró diez minutos, Rousseff se
refirió de forma puntual a varias de las causas del malestar, que pasan por la
pésima calidad de los servicios públicos, la salud y la educación, la
corrupción y el gasto público en la Copa Confederaciones, que comenzó el pasado
sábado en Brasil, y en el Mundial de fútbol de 2014.
Reiteró el carácter
"democrático" de las protestas, aunque volvió a condenar de forma
enérgica el vandalismo que hubo en muchas de las manifestaciones, que atribuyó
a una "minoría" que "ni el Gobierno ni la sociedad pueden aceptar"
y que "no puede manchar" el "verdadero deseo de cambio"
expresado en las calles.
Sobre el aumento de tarifas de transporte público, que
puso al descubierto el malestar social, recordó que las manifestaciones
lograron que el alza sea derogada y dijo que discutirá con los
"indignados", con autoridades del Parlamento, del Poder Judicial, con
gobernadores y alcaldes, la elaboración de un "plan nacional de movilidad
urbana".
En relación a la salud, insistió en que su Gobierno se apresta a
"traer de inmediato a millares de médicos del exterior para ampliar la
atención", lo cual es rechazado por los colegios profesionales del país. También
dijo que insistirá ante el Congreso en la aprobación de una propuesta que
plantea que el 100 por ciento de las regalías que generen las riquezas
petroleras atesoradas en aguas profundas del Atlántico se destinen a la
educación.
Rousseff reafirmó su decisión de que la corrupción sea combatida con
el mayor rigor y también se pronunció en favor de una reforma política que
"permita a los ciudadanos fiscalizar mejor a todos sus gobernantes". No
obstante, rechazó la condena que las manifestaciones han hecho a todas las
formas de política tradicional y a los partidos. Aunque admitió que la política
debe ser "oxigenada", advirtió de que "ningún país puede
prescindir de partidos ni del voto popular". Rousseff afirmó que es
"la presidenta de todos, los que se manifiestan y los que no", e
indicó que el "mensaje de cambio" que "viene de las calles es
directo" y está dirigido a cada uno de los responsables por la conducción
del país.
El pronunciamiento de la mandataria siguió a un anuncio hecho por el
movimiento Pase Libre de Sao Paulo, que inició las protestas en contra del alza
del transporte y que hoy decidió poner fin a las manifestaciones. Los líderes
de Pase Libre explicaron que el "primer objetivo", que era la
derogación del aumento, fue "alcanzado".
Pero también dijeron que
detectaron que en las marchas se han "infiltrado" grupos ajenos a sus
intenciones. "Consideramos que grupos conservadores se infiltraron en los
actos para defender propuestas que no nos representan", dijo Rafael
Siqueira, portavoz de Pase Libre, quien explicó que surgieron grupos que
defienden la penalización del aborto o la reducción de la edad de
responsabilidad penal, a las que el movimiento se opone.
Aún así, hoy todavía
resistían algunos pequeños focos de protesta en varias ciudades, entre las que
se contaban Río de Janeiro y Sao Paulo. En Río de Janeiro, la protesta llegó a
las puertas de la casa del gobernador de ese estado, Sergio Cabral, en el
barrio carioca de Ipanema. Cientos de personas se concentraron en forma
pacífica frente al edificio y entonaron cánticos contra Cabral, vigilados de
cerca por decenas de agentes de la Policía Militar, pero sin que ocurrieran
incidentes.