La presidenta de Chile, Michelle
Bachelet, comenzó la batalla política por la reforma educacional para buscar
avanzar hacia una enseñanza gratuita, de calidad y sin lucro.
"Estamos
comenzando la reforma educacional más significativa de los últimos 50
años" subrayó la mandataria socialista, tras haber firmado el primer
proyecto de ley de esa iniciativa, que elimina el lucro, la selección de
alumnos por parte de los colegios y el copago en los establecimientos
particulares subvencionados por el Estado.
La
iniciativa, según el gobierno, recoge las principales demandas de los
estudiantes chilenos, movilizados desde el año 2011 en pos de un cambio
profundo del modelo educativo, pero que, escépticos, han puesto ahora la proa a
los proyectos gubernamentales.
Con
el argumento de que sus demandas no han sido tomadas en cuenta, la
Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones
universitarias, convocó a una marcha este miércoles en Valparaíso, a la que ya
han anunciado su apoyo varias organizaciones de alumnos de secundaria.
Bachelet
estará también en Valparaíso ese día, pues debe presentar ante el Parlamento la
primera cuenta pública de su segundo mandato presidencial, inaugurado el pasado
11 de marzo.
"Varias
medidas van en contra de las posiciones que ha levantado el movimiento estudiantil",
afirmó Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la
Universidad de Chile (Fech), al anunciar la manifestación.
A
su juicio, se trata "de proyectos parcelados", que no recogen
"la demanda integral" planteada por los movimientos sociales, que
supone "una reformulación total" del sistema educativo.
"No
hay voluntad de avanzar contra la educación de mercado, de enfrentarse
realmente con los que lucran con la educación", sostuvo Sepúlveda, para
quien la reforma de Bachelet "se generó de espaldas a la gran mayoría de
Chile".
"Recomendaría
primero leer el proyecto", aconsejó hoy el portavoz del Gobierno, Álvaro
Elizalde, mientras el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, reiteró su
petición de "paciencia" y "confianza" a los dirigentes
estudiantiles.