|
El papa Francisco saluda a cientos de peregrinos desde el papamóvil por una vía de Río de Janeiro. |
El Papa Francisco es recibido por una multitud en Río de Janeiro
Por EFE
martes 23 de julio de 2013, 00:37h
El
recorrido en papamóvil por el centro de la ciudad no estaba previsto en la
agenda oficial del Pontífice, pero el Vaticano anunció el viernes que el deseo
de Francisco era saludar a la población desde su primer día en Río de Janeiro.
Una
multitud recibió hoy al papa Francisco en el centro de Río de Janeiro, ciudad
brasileña a la que el pontífice llegó para una visita de una semana, en la que
participará de la Jornada Mundial de la Juventud.
Miles de personas acudieron a
las calles del centro de la ciudad por donde Francisco pasó en un papamóvil
abierto en los laterales y en la parte de atrás, aunque con protección en la
parte superior, desde el que saludó al público e impartió bendiciones.
El
recorrido fue definido en pocas horas, así como la logística de seguridad para
un trayecto por una decena de calles, y el acto atrajo a una verdadera
multitud, pese a que tan sólo fue anunciado hace dos días.
El argentino
Francisco, primer Papa latinoamericano, muy sonriente y haciendo señales con
las manos, llegó a besar en la cabeza a algunos niños que sus guardaespaldas le
acercaron. El papamóvil hizo un circuito corto entre la catedral de San
Sebastián y el Teatro Municipal, durante el cual recibió una lluvia de confeti
desde los pisos más altos de numerosos edificios de oficinas.
Los fieles,
principalmente peregrinos de diferentes ciudades brasileñas y de varios países
vecinos vistiendo las camisetas verdes, amarillas y rojas repartidas por la
organización, tomaron las calles desde temprano para poder saludar al
Pontífice. El papamóvil pasó por emblemáticas edificaciones de Río de Janeiro
como las modernas sedes de la petrolera Petrobras y del Banco Nacional de
Desarrollo Económico y Social, por el Museo de Bellas Artes, por la plaza de
Cinelandia y por la sede del concejo municipal.
Francisco llegó hasta la
catedral de San Sebastián en un vehículo blindado al que subió en el aeropuerto
de Río de Janeiro, donde fue recibido a las 16.00 hora local por la presidenta
brasileña, Dilma Rousseff. El pontífice abrió la ventana del vehículo blindado
que le transportó desde su salida del aeropuerto de Río de Janeiro para que las
personas pudieran observarle y para saludar a quienes vieron pasar la comitiva,
incluso en una zona de favelas.
Casi al final del recorrido hasta la catedral,
la comitiva papal entró a los carriles de una autopista que había sido
bloqueada, por lo que prácticamente quedó parada cinco minutos junto a cientos
de vehículos y a una multitud que quería aproximarse al Pontífice. Los policías
que corrían junto al vehículo papal tuvieron numerosos problemas para apartar a
los más animados, algunos de los cuales llegaron a tocar la mano del Pontífice.
Tras su paseo en papamóvil por el centro de Río de Janeiro para poder saludar a
la población, Francisco se dirigió al Palacio de Guanabara, la sede de la
gobernación de Río de Janeiro, para la ceremonia protocolaria de recepción y
para un primer encuentro privado con Rousseff.