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El ministro colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón. |
Las FARC ofrecen sus "filas, armas y combatientes" a las protestas campesinas
Por EFE
martes 23 de julio de 2013, 01:39h
"Es
una gran payasada la de ofrecer armas y uniformes (a los campesinos), pero
también revela lo que hemos venido diciendo, la relación que hay entre estos
terroristas y sus intenciones de crear desorden público", dijo el ministro
de Defensa, Juan Carlos Pinzón sobre el comunicado de la guerrilla.
Las
FARC ofrecieron hoy a los campesinos de la región colombiana del Catatumbo sus
"filas, armas y combatientes" si el Gobierno sigue "sin
escuchar" sus peticiones y afirmaron que cerrar un acuerdo de paz será
"imposible" mientras se siga "violentando" al pueblo.
En la
web de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el Bloque del
Magdalena Medio se puso a disposición de "los pobladores del
Catatumbo", calificó de "enorme y valerosa" esta movilización
campesina que comenzó hace 42 días y les trasladó "todo" su apoyo. "Pueden
contar con nuestras filas, con nuestras armas, con nuestros combatientes.
Dispuestos a recibirlos, a apoyarlos, a conducirlos a la victoria final",
manifestó la guerrilla.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, consideró
el ofrecimiento de las FARC a los campesinos "una gran payasada", en
declaraciones a periodistas en Puerto Carreño, capital del departamento del
Vichada, donde el presidente Juan Manuel Santos puso hoy en operación la unidad
militar denominada Fuerza Naval del Oriente.
Las FARC señalaron que en este
momento están negociando con el Gobierno en "un proceso encaminado a
pactar la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y
duradera", pero aclararon que "mientras el pueblo colombiano siga
siendo violentado como hoy, ese acuerdo será imposible".
"No nos
avergonzamos ni intimidamos al reconocer que lo que hacen los campesinos del
Catatumbo coincide plenamente con nuestras posiciones políticas", expuso
el grupo insurgente, al descartar que este respaldo suponga "infiltrar
ninguna protesta o marcha, como aseguran el gobierno y los militares".
Los
altos mandos policiales y de Gobierno han acusado a las guerrillas presentes en
el Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, de haber infiltrado o utilizado
estas protestas con otros intereses. "Es Colombia entera la que se halla
infiltrada por la corrupción politiquera, por la concepción violenta que ordena
enfrentar con soldados y policías al pueblo cuando reclama, por los
capitalistas transnacionales y los monopolios económicos", rebatieron las
FARC.
Las manifestaciones arrancaron el pasado 10 de junio en rechazo a una
campaña de erradicación manual de cultivos de hoja de coca y para reclamar
alternativas a esta actividad ilegal y la declaración de una Zona de Reserva
Campesina. En los disturbios derivados de estas protestas han fallecido cuatro
campesinos y decenas de civiles y uniformados han resultado heridos.
"Sabemos
que en el Catatumbo los campesinos y pobladores llevan varias décadas
movilizándose también. Y recibiendo el trato violento de los gobiernos. Por eso
decimos a la gente: si no los escuchan y vuelven a agredirlos, aquí estamos
nosotros", remataron en la carta escrita el pasado 19 de julio desde las
"montañas de Colombia".
La Asociación de Campesinos del Catatumbo
(Ascamcat) pidió hoy refugio al vecino Gobierno de Venezuela, "ante la
eventualidad de una operación militar contra la justa protesta", en una
jornada en la que el presidente de ese país, Nicolás Maduro, se reunirá en la
frontera con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, para revisar la
relación bilateral.
Los bloqueos de vías de los campesinos continúan en el
municipio de Tibú, departamento de Norte de Santander, lo que el presidente
Santos ha afirmado en repetidas ocasiones que no piensa tolerar. Los
negociadores de las FARC y el Gobierno colombiano que participan desde
noviembre en un diálogo en La Habana con vistas a poner fin al conflicto
anunciaron el pasado jueves un aplazamiento hasta el 28 de julio de la ronda
que debía comenzar hoy, 22 de julio.