Santo Domingo.- Los ancianos, no solo son personas llenas de la experiencia y la sabiduría que otorgan los años, sino que, representan el papel de líderes, cuidadores y custodiares de la tradición en la sociedad y como tal deben ser reconocidos ante la sociedad y el mundo.
A pesar de constituirse como portavoces de nuestra memoria histórica, los envejecientes conforman una población vulnerable que, tal y como establece Naciones Unidad, en la mayoría de los casos pertenecen a una clase social de escasos recursos, sufren discapacidades, discriminación y también abandono.
En esta población está amparada por la ley no. 352-98 sobre Protección de la Persona Envejeciente, la cual tiene como objetivo sentar las bases institucionales y establecer los procedimientos que permitan la protección integral de las ode los derechos relativos a la vida, la salud, la alimentación, la recreación, la cultura, el respeto de su dignidad, libertad y convivencia familiar y comunitaria.
Tras el surgimiento de esta ley, fue organizado el Consejo Nacional De La Persona Envejeciente (CONAPE), que de acuerdo a las informaciones que ofrece en su página web oficial, es la entidad responsable de diseñar las políticas nacionales a favor del adulto mayor y de orientar a las entidades autorizadas a servir al adulto mayor en la aplicación de las políticas del sector, además de hacer cumplir la ley que organiza 352-98.
Los desafíos
La República Dominicana se encuentra entre uno de los países en la que los adultos mayores tienen menos protección e inclusión dentro de la sociedad
Diversos estudios realizados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) y el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA), concluyen que, a nivel nacional, el 46.7% de las personas mayores sufre de alguna discapacidad; el 91% es víctima de violencia emocional, siendo los hijos -en el 29% de los casos- los perpetradores; el 32% sufre de violencia física, el 23% de negligencia, 14% de intento de agresión sexual y el 11% de violencia sexual.
Otros datos registran que la población de ancianos económicamente activa es de 21.1% y que solo el 14% recibe una pensión; mientras que el 52% de la población de más de 65 años no trabaja ni recibe pensión.
Estos números representan cifras alarmantes para esta parte de la sociedad que merece que se establezcan mayores y mejores medidas que garanticen un sistema de protección social que incluya políticas públicas orientadas a disminuir los números de estas estadísticas y, que por ende, logre disminuir la vulnerabilidad a las que se exponen y aumentar la calidad de vida de los mismos.
Estamos conscientes de que los retos son muchos, sobretodo en un momento en el que los esfuerzos del Estado están dirigidos a sectores como la salud y la economía –que son los más afectados por la pandemia- pero la conmemoración del este Día Internacional del Envejeciente, se presenta como ocasión ideal para recordar los adultos mayores merecen vivir una vejez saludable, a nivel físico y emocional.
Desde Diario Hispaniola, apoyamos que se continúen trabajando en los cuatro pilares propuestos –en 2019- por la Organización de las Naciones Unidas conmemoración del este día y que están enfocados en sensibilizar sobre las desigualdades durante la vejez e incidir en cómo estas reflejan la suma de desventajas a lo largo de la vida; concienciar sobre la urgencia de hacer frente a las desigualdades; explorar los cambios sociales y estructurales en el marco de las políticas del curso de la vida; y, finalmente, reflexionar sobre las prácticas, lecciones aprendidas y el progreso alcanzado en la eliminación de las desigualdades a las que hace frente las personas de edad avanzada”.