|
El papa Francisco llega a la playa de Copacabana a bordo del papamovil, para participar en una vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro. |
El Papa Francisco exhorta a los jóvenes a ser protagonistas de los cambios sociales
Por EFE
domingo 28 de julio de 2013, 06:18h
"Por
favor, no dejen que otros sean los protagonistas de los cambios, ustedes son el
futuro. No seáis cobardes, no 'balconeen' la vida, no quedaros mirando desde el
balcón sin participar, entrad en ella, como hizo Jesús y construir un mundo
mejor y más justo", les dijo el papa Bergoglio.
Más
de dos millones de jóvenes asistieron ayer, sábado, en Río de Janeiro a la
vigilia de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en la que el papa
Francisco exhortó a los muchachos a ser cristianos auténticos, "no de
fachada" y les alentó a ser los protagonistas de los cambios sociales en
el mundo.
En el sugestivo escenario de la famosa playa de Copacabana, Francisco
manifestó que sabe que los jóvenes apuntan a lo alto, "a decisiones
definitivas que den pleno sentido a la vida y les exhortó a no tener miedo a ir
contracorriente. El Obispo de Roma dijo que ha seguido "atentamente"
las noticias sobre "tantos" jóvenes que en muchas partes del mundo
han salido por las calles en los últimos meses "para expresar el deseo de
una civilización más justa y fraterna, son jóvenes que quieren ser
protagonistas del cambio".
"Los aliento a que, motivados por los
valores del evangelio, sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta
cristiana a las inquietudes sociales y políticas presentes en sus países",
afirmó.
El papa añadió que, sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezar?
y subrayó que cuando preguntaron a la Madre Teresa de Calcuta qué era lo que
debía cambiar en la Iglesia, respondió: "Tú y yo". También les alentó
a que abran sus corazones a Cristo y les dejen que entre en sus vidas,
"que germine y que crezca".
"Estoy seguro de que la simiente cae
en buena tierra, que ustedes no quieren ser cristianos a tiempo parcial, de
fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de
una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del
momento", señaló, en medio de aplausos y ondear de banderas.
Francisco
subrayó que Jesús sigue necesitando de los jóvenes para su Iglesia, "nos
pide que seamos sus discípulos, que 'juguemos en su equipo'". En ese punto
echó mano del fútbol: "Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el
deporte y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión
nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte
de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho", manifestó.
Francisco
recordó la frase de san Pablo: los atletas se privan de todo, y lo hacen para
obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona
incorruptible". "¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del
Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un
futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna", aseguró, en medio de los
aplausos.
El pontífice añadió: "pero nos pide que entrenemos para 'estar
en forma', para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando
testimonio de nuestra fe". El papa pidió a los jóvenes que sean
"auténticos 'atletas de Cristo'". La Vigilia es el momento más sugetivos
de las JMJ.
El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió
todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo, acompañado por decenas
de miles jóvenes, que corrían junto al vehículo, hasta el palco. Esta vigilia y
la misa final de la JMJ de hoy, domingo, iba a celebrarse en Guaratiba, a
las afueras de la ciudad, pero las lluvias caídas en los últimos días
convirtieron el lugar en un lodazal y se decidió cambiarlo por Copacabana.
El
acto se desarrolló en varios momentos. Comenzó con una escenografía en la que
participaron decenas de jóvenes que construyeron una iglesia, después subieron
al palco jóvenes pertenecientes a congregaciones, entre ellos franciscanos, con
cestas de flores y de maíz, que adornaron
el presbiterio para la posterior adoración eucarística. Después varios
jóvenes brasileños contaron sus experiencias de vida, marcada en algunos casos
por las drogas, la mala vida y un aborto y después habló el papa.
Tras las
palabras del papa, los jóvenes desmontaron la iglesia y se llevaron los trozos
en varias direcciones, ilustrando así el lema de la JMJ "Id y haced
discípulos a todos los pueblos. El papa se puso después los paramentos
sagrados, mientras inició la procesión del Santísimo Sacramento llevado por
diáconos y después se celebró la adoración eucarística, en medio de un silencio
que se prolongó varios minutos.
La vigilia concluyó con el canto del Salve Regina,
ante una imagen de la Virgen de Aparecida. Hoy, domingo, el papa celebrará en
el mismo lugar la misa con la que concluirá la JMJ y anunciará la ciudad que
acogerá el próximo encuentro mundial de los jóvenes católicos.