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Ana Martínez, coordinadora de asistencia psicológica a los heridos del accidente ferroviario y a familiares de las víctimas de la tragedia ferroviaria. |
De dos a tres años puede durar el duelo de los familiares de las víctimas del tren siniestrado en Galicia
Por EFE
domingo 28 de julio de 2013, 20:34h
Ana
Martínez, coordinadora de asistencia psicológica a los heridos del accidente
ferroviario y a familiares de las víctimas de la tragedia de Angrois, confiesa
que lo acontecido en la tarde noche de este 24 de julio ha sido "muy
duro" y el duelo puede alcanzar "entre dos y tres años".
"Normalmente
es así", cuenta en su conversación con Efe, aunque dice que se trabaja con
este período, que es "amplio", pero en realidad "puede ser tanto
menos como más tiempo, y es normal" puesto que entran en juego por ejemplo
las circunstancias personales o vitales en las que se encontrase cada persona.
Los
consejos son personalizados y, además, no siempre se pide el apoyo de un
profesional: "La situación es dura, sí, pero eso no quiere decir que todo
el mundo vaya a necesitar asistencia psicológica. Y, si la necesita, entra
dentro de la lógica".
Los parientes y el círculo de amigos, apunta Ana
Martínez, sí "es bueno" que se mantengan al lado de los afectados, no
solo en los primeros momentos, es decir, "que sigan estando ahí, porque
esta es una situación que se sostiene en el tiempo y los familiares van a
seguir necesitando ayuda más allá de los primeros meses".
Lo explica:
"Una cosa es que tú entiendas de cabeza qué ha pasado, y otra cosa es que
entiendas emocionalmente qué ha pasado. Es un proceso distinto. Hasta que no lo
entiendes emocionalmente no acabas de ser consciente de la pérdida o de las
pérdidas". Los profesionales que se han implicado estos días en todo tipo
de tareas también pueden ver alterado su estado anímico.
De hecho, los
dispositivos de emergencia, normalmente cuando intervienen ante un caso tan
grave, son conscientes de que después van a necesitar refuerzo. "Es lo
adecuado y lo higiénico mentalmente. Estamos todos muy impactados y agotados, y
sabemos que una vez que demos por cerrado esto vamos a tener un proceso de auto-cuidado.
Nos notamos ahora mismo tocados, todos, de alguna manera. Unos de una, otros de
otra, pero a todos nos afecta".
A los vecinos de Angrois, en las
inmediaciones de Santiago, donde se produjo el accidente, también les pasará.
Muchos de ellos han podido ver la muerte de cerca. "Y el hecho de tener un
contacto tan directo influye. Sobre todo entre quienes bajaron a las vías.
Fueron escenas muy duras".
Pueden tener la satisfacción, concreta esta
experta, de haber ayudado, pero eso "no implica que sean inmunes". "Son
como héroes, porque sí, es así. Actuaron de una manera instintiva y ayudando
sin pensar en nada más. Pero claro, las imágenes y la situación a la que se
expusieron, pues seguro que les puede crear algún tipo de problema, que también
es normal, y digo problema entre comillas".
Se refiere a que en sus mentes
se repitan ciertas instantáneas, a que tengan "metidos olores" en su
interior, a que puedan pensar qué hubiese pasado si el Alvia que cubría la ruta
Madrid-Ferrol llegase a caer encima de sus casas, a problemas de sueño, o
"para comer o dormir", "que se sientan más nerviosos...",
etcétera.
Ana Martínez está convencida de que lo ocurrido se recordará durante
"mucho, mucho, mucho, mucho tiempo. Era algo totalmente impensable que
pudiese pasar algo así. ¡Un accidente de tren de estas características!
Increíble".
Los familiares acuden estos días al pabellón deportivo de
Rosalía de Castro para recoger los enseres de los suyos, y, en contra de lo que
pudiese parecer, están deseando que haya en este recinto algo que recuperar
porque "para ellos es algo reconfortante. Es doloroso pero, al mismo
tiempo, reconfortante. Pueden llevarse algo de su familiar".
Con la
identificación de los 78 fallecidos, la evolución entre aquellos a los que les
toca directamente empieza a ser distinta: "Una vez que saben la noticia se
relajan entre comillas. Se quedan más aliviados y lo único que esperan ya es
poder llevarse a su familiar para darle entierro".