Santo Domingo.- Aunque el espectáculo inició con retraso (las 9:00), la espera valió la pena, por cuanto la calidad interpretativa de las ballerinas y ballerines, así como la deslumbrante coreografía y la vestimenta de los participantes, hizo olvidar el retraso.
La música, escrita por Adolphe Adam (1803-1853), “es una música muy narrativa, y fue compuesta específicamente para el ballet original”. El ballet Giselle cuenta la historia de “una joven simple, bella e inocente que se enamora de Albrecht, un noble ya comprometido a matrimonio que, para conquistarla, se hace pasar por aldeano. Hilarión, quien está profundamente enamorado de Giselle, sospecha del engaño y lo desenmascara.
La inocencia de Giselle se ve quebranta, arrastrándola a la locura y la muerte. Pero la historia no termina ahí. En el bosque, donde está la tumba de Giselle, se internan las Willis, un grupo de místicas vírgenes nocturnas abandonadas por sus amores que matan a los hombres después de la media noche. Invocadas por Giselle, sólo ella podría evitar que las Willis cobren justicia”.
La segunda parte comenzó luego de un extenso intermedio que llevó al público asistente, a aplaudir pidiendo la continuación del espectáculo. Aunque la sala no estuvo repleta, la asistencia fue considerada por entendidos, como muy buena, para este tipo de función. Terminado el ballet, tuvimos que esperar un buen rato para abandonar el teatro, debido a un fuerte e inesperado aguacero que refrescó la noche.