Woody
Allen y Martin Scorsese son dos de los directores que más y mejor han plasmado
la ciudad en el cine.
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Fotografía del logotipo de la campaña " Made in NY", impreso en la pared de metal de las instalaciones de un rodaje cinematográfico en Nueva York. |
"Made in NY": impulso al arte, el turismo y la economía de 'La Gran Manzana'
Por EFE
lunes 19 de agosto de 2013, 10:28h
Hasta los años 60 rodar en Nueva York requería pasar por
hasta 50 permisos oficiales. Pero en 1966, el entonces alcalde de la ciudad,
John V. Lindsay, viendo los beneficios que la industria del cine generaba en
California, incluyó en su programa electoral la promesa de convertir a Nueva
York en una "ciudad de cine" a través del Departamento de Cine,
Teatro y Retransmisiones, que todavía hoy funciona.
Aunque
interrumpa el tráfico y moleste a los vecinos, Nueva York tiene claro que el
rodaje de películas y series en sus calles tienen una repercusión positiva en
el turismo y la economía, algo en lo que trabaja la iniciativa "Made in
NY" y que en 2012 se ha traducido en ingresos de 7.100 millones de
dólares.
"Las películas rodadas en la ciudad de Nueva York generan puestos
de trabajo bien pagados a los neoyorquinos, favorecen a los negocios locales y
promueven Nueva York como un destino turístico", asegura en una entrevista
con Efe Marybeth Ihle, del Departamento de Medios y Entretenimiento del Ayuntamiento
de Nueva York, que ha lanzado la campaña de promoción de rodajes "Made in
NY".
Hasta los años sesenta, rodar en la ciudad requería pasar por hasta
cincuenta permisos oficiales. Incluso Alfred Hitchcock tuvo que rodar los
exteriores de la ONU en 1959 para "Con la muerte en los talones"
escondido en una furgoneta de limpieza de moquetas.
"El primer contacto
que tiene mucha gente con la ciudad es el cine y la televisión y ello les hace
venir a visitarla", explica Ihle. El cine de Woody Allen y Martin Scorsese,
la trilogía de "El Padrino" o la serie "Sexo en Nueva
York", efectivamente, han tatuado en la retina las estampas de Manhattan o
de Brooklyn, y el departamento lanzó para demostrarlo el libro "Scenes
from the City", como conmemoración de sus 40 años de funcionamiento.
El
alcalde Michael Bloomberg retomó la labor de Lindsay y perfeccionó su técnica.
Por un lado, ha mejorados las cifras. Desde 2002, los ingresos directos anuales
generados por estos rodajes han subido en 2.000 millones dólares y en 2012 el sector
empleó a 130.000 neoyorquinos, 30.000 más que en 2004.
Pero también ha ofrecido
cursos de formación, charlas con profesionales, hace un seguimiento para que se
cumplan las condiciones y el respeto a la comunidad, ha creado los premios Made
in NY (este año reconocieron a Alan Cummings, Spike Lee y los hermanos
Weinstein entre otros) y ha creado una línea de mercadotecnia con el logo de la
iniciativa.
Estos meses, además, ha empapelado las estaciones de metro y las
vallas publicitarias con los carteles de la iniciativa, con la cláusula
"Film is Good for NYC" y basándose en el dato de que este sector dejó
400 millones de dólares en impuestos en la ciudad.
Todo tipo de películas caben
en Nueva York. En 2013 se han rodado "The Amazing Spider-Man 2" o la
revisión de "Las tortugas Ninja", y estos días se ven las claquetas
de películas tan distintas como la nueva obra de Peter Bodganovich,
"Squirrels to the Nuts", con Jennifer Aniston, o la adaptación de
"Cymbeline" de Shakespeare, con Mila Jovovich y Ethan Hawke.
"Este
departamento también está comprometido con la diversificación del
entretenimiento en la ciudad, que es la manera más precisa de demostrar la
diversidad de nuestra población", asegura Ihle. Turismo, cine y espíritu
neoyorquino han coincidido en los últimos meses en la celebración del 125
aniversario del restaurante Katz's, cuya popularidad se vio propulsada por la
escena que se rodó en una de sus mesas: el famoso orgasmo de Meg Ryan en
"Cuando Harry encontró a Sally".
O en el estreno de "Frances Ha",
de Noah Baumbach, llamada a convertirse en la "Annie Hall" del siglo
XXI para la nueva generación, o en el ciclo del Museo de la Imagen en
Movimiento, que proyecta películas rodadas en Nueva York durante los años
setenta, como "Serpico", "French Connection" o "Tarde
de perros".
Eso sí, no hay ningún interés en competir con Hollywood y en
Nueva York reivindican que su tradición cinematográfica empezó en 1908, cuando
J. Stuart Blackton rodó en Brooklyn "The Thieving Hand".
"Nueva
York ha sido desde hace muchísimos años el sitio favorito de los cineastas para
traer su visión artística de la vida, para encontrar inspiración en su gente y
su arquitectura. Lo mejor de rodar en Nueva York es que ofrece algo diferente a
cada uno", concluye Ihle.