Santo Domingo.- En este año 2015, el Episcopado se ha propuesto como Iglesia, una vez más, hacer suyas las necesidades de todos y especialmente la de los más pobres, y valorar la entrega generosa de los consagrados y consagradas en nuestras periferias geográficas y existenciales con el lema: "Amor y Solidaridad, camino de santidad".
Con profundo dolor y decepción hemos asistido al intento de introducir la despenalización generalizada del aborto en el Código Penal, bajo el eufemismo de interrupción del embarazo en el caso de violación, incesto y malformaciones del feto incompatibles con la vida. Como resultado se aprobó un texto confuso que deja el tratamiento del problema a una futura ley especial. Entendemos que si se llega a elaborar, esta ley será también inconstitucional.
Nos conforta que la Fundación Matrimonio Feliz y otras instituciones hayan recurrido al Tribunal Constitucional para que se declare inconstitucional aquellos artículos del Código Penal Dominicano que apoyan o dejan abierta la posibilidad del aborto. Reiteramos, en nombre de la justicia y la paz, nuestro pleno apoyo a esta defensa de la vida. (Numeral 59 de este documento).
En nuestra labor pastoral escuchamos constantemente el clamor de la población sobre la necesidad de un clima de seguridad ciudadana, dado el aumento de la criminalidad, del sicariato, de la delincuencia de todo tipo y de la violencia intrafamiliar.
La causa más profunda la encontramos en el pecado que genera injusticias y desigualdades provocadoras. Por eso nos ha parecido bien dedicar el Mensaje de este año al anhelo del salmista cuando dice: "la justicia y la paz se besan" (Salmo 18). Lo hacemos con el deseo sincero de que con la ayuda de Dios y el esfuerzo de todos los dominicanos y dominicanas se haga realidad plena esta afirmación bíblica en esta Patria marcada con el lema: "Dios, Patria y Libertad".