Falta apoyo a un ataque a Siria entre la opinión pública
estadounidense. También hay dudas acerca de que los congresistas demócratas
más progresistas se decidan a apoyar el ataque a Siria planteado por Obama.
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el vicepresidente Joe Biden, en la Casa Blanca, Washington. |
Ante las dudas de Obama de atacar a Siria, el Congreso de EEUU tiene la palabra
Por EFE
domingo 01 de septiembre de 2013, 21:59h
El
Gobierno estadounidense denunció hoy que el régimen de Bachar Al Asad ha
empleado gas sarín y comenzó así una campaña para convencer al Congreso de la
necesidad de atacar Siria en represalia en la que el presidente Barack Obama se
juega su credibilidad como líder mundial. El
secretario de Estado de EEUU, John Kerry, matizó que Obama tiene "el
poder" y la autoridad para atacar Siria con independencia de lo que el
Congreso vote, sin dejar en claro si el Gobierno seguirá adelante con sus
planes militares incluso si el Legislativo los rechaza.
El
secretario de Estado de EEUU, John Kerry, fue el encargado de iniciar esa
campaña con apariciones en las principales cadenas de televisión en las que
sostuvo que su país tiene pruebas de que el régimen sirio empleó gas sarín en
el ataque con armas químicas en la periferia de Damasco del pasado 21 de
agosto.
Muestras de pelo y sangre de las víctimas de ese ataque, en el que
según EEUU murieron 1.429 personas, "han dado positivo" por
exposición al sarín, detalló Kerry. "Creemos que el caso (contra Siria) es
poderoso y continúa creciendo cada día", dijo el jefe de la diplomacia
estadounidense, quien se mostró convencido de que el Congreso dará a Obama la
autorización que ha solicitado para llevar a cabo una acción militar de castigo
contra el régimen de Al Asad.
El objetivo de Obama con su "valiente"
decisión de consultar al Congreso, como la calificó hoy Kerry, es que el ataque
contra Siria tenga mayor legitimidad y el mayor apoyo doméstico posible, pero
el presidente ha asumido un gran riesgo dada la polarización actual en el
Legislativo y el hecho de que los republicanos controlan la Cámara baja.
También
ha puesto en juego su credibilidad como líder mundial, ya que desde el año
pasado ha insistido en que el uso de armas químicas en Siria supondría cruzar
una "línea roja" y no quedaría sin respuesta. Tras dar por probado
que el régimen sirio fue el responsable del ataque con armas químicas contra
civiles del 21 de agosto, Obama empezó a evaluar esta semana una acción militar
y el viernes ya estaba decidido a llevarla a cabo, lo que hizo prever que el
ataque se produjera este mismo fin de semana.
Pero el rechazo en el Parlamento
británico a la participación del Reino Unido en una intervención, las dudas del
Congreso y la falta de apoyo entre la opinión pública estadounidense, entre
otros factores, le hicieron cambiar de opinión a última hora, según han contado
bajo anonimato varios funcionarios de la Casa Blanca.
Después de un paseo de 45
minutos en la tarde del viernes con Denis McDonough, su jefe de gabinete
conocido por sus reticencias a actuar militarmente en Siria, Obama sorprendió a
sus asesores con su decisión de buscar la autorización del Congreso antes de
atacar. Esos asesores le advirtieron de los riesgos, entre ellos el de que
retrasar la acción envalentone al régimen de Al Asad y a otros
"enemigos", como Irán o Corea del Norte, pero el presidente se
mantuvo firme en su decisión, que sintoniza con los principios que defendió
cuando era senador.
El temor que ha comenzado a emerger es el de que los
congresistas del Tea Party, el ala más conservadora del Partido Republicano,
intenten usar la votación sobre Siria en el Congreso para lograr concesiones
del Gobierno en temas como las negociaciones sobre el presupuesto o la reforma
sanitaria. "En este momento, yo diría que si la votación fuera hoy,
probablemente sería un no", afirmó el legislador republicano por Nueva
York Peter King en declaraciones a la cadena Fox News.
Según King, solicitar la
autorización del Congreso representa una "clara falla de liderazgo"
por parte de Obama, mientras que para el senador republicano por Oklahoma Jim
Inhofe, quien también habló con Fox News, el presidente "claramente se ha
retractado" de su posición inicial sobre Siria.
Inhofe adelantó que votará
en contra de una intervención militar, al igual que el también senador
republicano Rand Paul, uno de los líderes del Tea Party, quien dijo a la cadena
NBC que el Gobierno de Obama no se ha comprometido lo suficiente con China y
Rusia para intentar resolver el conflicto sirio.
Incluso el senador John
McCain, republicano por Arizona y uno de los más fervientes defensores de una
intervención militar de EEUU en Siria, expresó hoy sus dudas sobre la
estrategia de Obama y no garantizó su compromiso con un voto a favor. McCain
afirmó en la cadena CBS que desea ver "un plan y una estrategia" para
Siria que vayan más allá de "lanzar algunos misiles de crucero".