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Milton Tejada : Perspectivas en economía
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Milton Tejada : Perspectivas en economía

Por Milton Tejada C.
domingo 08 de septiembre de 2024, 07:00h
A continuación algunas de estas perspectivas de la economia dominicana.

Remesas dominan los ingresos de divisas de República Dominicana

En 2023, más del 50% de las divisas en República Dominicana provinieron de dos principales fuentes: las remesas y el turismo, representando un 53.5% del total. Los datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) indican que la dependencia de las remesas ha crecido significativamente desde la pandemia, alcanzando un 27.3% del total de divisas, lo que plantea desafíos para la sostenibilidad económica del país.

Aunque el turismo ha mostrado una leve recuperación, contribuyendo con un 26.2% de las divisas, las exportaciones de zona franca y las exportaciones nacionales han disminuido, representando un 21.4% y 13.3% respectivamente. La inversión extranjera directa (IED) ha mostrado una ligera mejora, alcanzando un 11.8% en 2023.

CREES, en su comparación con años anteriores, revela un cambio en la composición de las divisas del país. Las exportaciones nacionales, que en 2013 representaban un 21.5% del total, han disminuido significativamente, mientras que las remesas han aumentado en un 138.3% en la última década. Este crecimiento de las remesas contrasta con el limitado avance de las exportaciones, lo que sugiere la necesidad de reformas estructurales que fortalezcan la producción y comercialización de bienes locales. Aprovechar el acuerdo comercial con Estados Unidos podría ser clave para generar más riqueza interna y reducir la dependencia de ingresos extranjeros.

Reducir la población y aumentar la productividad

En su artículo, José Lois Malkún plantea que la República Dominicana enfrenta un grave problema de sobrepoblación, con una población estimada en más de 10.7 millones de habitantes en 2024, lo que se espera que aumente en los próximos años. Además, el país alberga un número considerable de inmigrantes haitianos sin estatus legal, y recibe más de 10 millones de turistas anualmente, lo que agrava la presión sobre los recursos limitados del país. Malkún señala que solo el 13% del territorio es cultivable y que enfrenta serios desafíos de productividad debido a la tecnología primitiva, la falta de agua, y el cambio climático. Los problemas sociales y ambientales, como la basura, el agua potable y la delincuencia, también se están intensificando debido al crecimiento poblacional.

Malkún argumenta que la solución no radica en aumentar impuestos ni en mejorar la calidad del gasto público, sino en reducir significativamente el crecimiento poblacional en los próximos 20 años, con el objetivo de bajar la población a no más de 8.5 millones para 2060. Además, aboga por mejorar la productividad agrícola para garantizar la seguridad alimentaria y cubrir la demanda del turismo, así como para mejorar la balanza comercial mediante la exportación. Propone medidas como apoyar las tres causales del aborto, educar sexualmente a las jóvenes para evitar embarazos tempranos, y promover la planificación familiar con un máximo de dos hijos por familia, enfatizando que tener muchos hijos solo perpetúa la pobreza.

Que la pacten el trabajador y el empleador

Andrés Dauhjare discute la necesidad de reformar el sistema de pago de cesantía en la República Dominicana, proponiendo su sustitución por un seguro de desempleo que otorgue mayor flexibilidad al mercado laboral. Actualmente, el sistema de cesantía es visto como ineficiente, ya que el trabajador no tiene garantía de recibir el total de sus derechos acumulados, y estos no generan intereses ni están registrados en ninguna cuenta específica. El autor argumenta que, bajo este sistema, el valor esperado de los pagos de cesantía oscila entre el 54% y el 58% del total teórico acumulado, lo que perjudica al trabajador. La propuesta sugiere que se permita a empleadores y trabajadores elegir entre mantener el sistema actual o migrar a uno de seguro de desempleo, con la opción de negociar el balance acumulado en la cuenta de cesantía.

Además, el análisis subraya que la reforma no debería generar rechazo si se basa en la libertad de elección entre las partes. Se plantea que el empleador podría cotizar al nuevo Fondo de Cesantía Solidario, con una reducción en la cotización al Seguro de Riesgos Laborales (SRL), y se sugiere usar parte de los recursos acumulados por el Instituto Dominicano de Prevención y Protección de Riesgos Laborales (IDOPPRIL) para nutrir este fondo. Finalmente, se proponen detalles sobre cómo estructurar el seguro de desempleo, incluyendo porcentajes de pago y duración, con el objetivo de dotar al mercado laboral de la flexibilidad necesaria para superar la trampa de la informalidad y mejorar los salarios.

¿Qué es la cesantía y por qué no hay acuerdo en esta parte para reformar el Código de Trabajo?

La cesantía es un derecho adquirido por los trabajadores en la República Dominicana, establecido en el artículo 80 del Código de Trabajo, que otorga una indemnización cuando el empleador decide despedir al trabajador. Este pago se calcula en función del tiempo trabajado, y varía desde seis días de salario para empleados con tres a seis meses de servicio, hasta 23 días de salario por año para aquellos con más de cinco años de antigüedad. A pesar de las propuestas de reforma al Código de Trabajo, la cesantía sigue siendo un punto de controversia, ya que los empleadores argumentan que es un costo elevado que afecta la competitividad, mientras que los sindicalistas defienden que es una compensación justa, dado el bajo nivel salarial y la limitada protección social en el país.

El desacuerdo se profundiza con la discusión sobre la posible sustitución de la cesantía por un seguro de desempleo, como ocurre en algunos países desarrollados. Los sindicatos rechazan esta propuesta, señalando que en el contexto dominicano, con un mercado laboral restrictivo y un sistema de seguridad social deficiente, la cesantía es esencial para la protección de los trabajadores. Argumentan que las condiciones actuales del país no permiten una transición hacia un seguro de desempleo sin dejar desprotegidos a muchos empleados, especialmente aquellos con bajos salarios y poca estabilidad en el empleo.

Firme crecimiento de la economía con creación de empleos

En su artículo, Arturo Martínez Moya destaca el sólido desempeño de la economía dominicana durante 2024, en contraste con las dificultades que enfrentan muchas otras economías a nivel mundial. Según las estadísticas del Banco Central, el PIB real del país creció un 5% en el primer semestre del año, impulsado principalmente por el sector exterior neto, que aportó 4.2 puntos porcentuales al crecimiento, mientras la demanda interna contribuyó con 0.8 puntos porcentuales. Este crecimiento se debe, en gran medida, al aumento en el volumen de exportaciones de bienes, que superó al de las importaciones, contribuyendo positivamente al saldo comercial y, por ende, al PIB.

Además, el mercado laboral también muestra resultados positivos, con la creación de 238,972 empleos en el último año y una tasa de desempleo del 5.6% a finales de junio. La población activa alcanzó un máximo histórico, lo que refleja la confianza de los trabajadores en la estabilidad económica y en las políticas del gobierno de Luis Abinader. Martínez Moya también resalta que los salarios han superado la inflación acumulada desde 2019, lo que ha permitido mantener y mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, evitando una espiral de precios-salarios y mostrando una economía que se recupera y crece de manera sostenida.

Optimismo, pese a todo

En su artículo, Aníbal de Castro reflexiona sobre los preocupantes resultados de la Encuesta de Cultura Democrática 2022-2023 en la República Dominicana, la cual ha desilusionado a muchos que creían que el país había avanzado significativamente en términos democráticos. Aunque ha habido mejoras económicas, la creación de una democracia real sigue siendo una tarea pendiente. La encuesta revela un creciente descontento con el sistema democrático, una tolerancia hacia la corrupción, y la persistencia de antivalores como la discriminación y el individualismo, lo que ha debilitado la confianza en las instituciones públicas, con la excepción de la presidencia.

A pesar del pesimismo generado por estos resultados, de Castro destaca el acto de transparencia del Estado al publicar estos hallazgos, lo cual considera un acto valiente que refleja un compromiso para enfrentar estos desafíos. Reconoce que estos problemas son antiguos y profundamente arraigados, pero ve con optimismo la decisión de exponerlos abiertamente, lo que sugiere una firme convicción de abordarlos. Sin embargo, advierte que esta es una tarea a largo plazo que requiere la participación de toda la sociedad, especialmente de las élites, quienes son percibidas como las principales beneficiarias y responsables del déficit democrático

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