Prueba
de la creciente tensión en el país eran las barricadas de hormigón y sacos
terreros instaladas en los accesos, así como los innumerables montones de
piedras preparadas para ser arrojadas en caso de enfrentamiento. En el camino a
la universidad, casi todos los adoquines han sido arrancados de las aceras,
donde un niño de unos diez años blande amenazador una tubería y les dice a sus
padres: "Esto si vienen a por mí...".