En la Cocina Central del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la capital de Haití decenas de personas trabajan a contrarreloj para combatir el hambre- unas cortan víveres, otras cocinan en enormes ollas, algunas cargan bandejas en vehículos para entregarlas en los campamentos donde miles de familias esperan ese plato de comida, a veces el único del día.