La ira está creciendo en Bagdad ante el fracaso del gobierno para proteger a la población civil, después de un devastador atentado en una zona comercial de la capital iraquí, que mató al menos a 213 personas, entre ellos muchos niños. El potente ataque, uno de los más mortíferos en Irak, la madrugada del domingo se produjo al fin del mes sagrado del Ramadán, cuando las calles estaban llenas de jóvenes y familias después de la puesta del sol.