Eso significa un incremento de un 31 % en las muertes neonatales con relación al año 2017, a lo que se suma la prevalencia de altas tasas de mortalidad materna y de enfermedades catastróficas y de altos costos, como son el cáncer, la diabetes, las cardiopatías y las enfermedades renales, apunta un comunicado de Adesa.