El débil o casi nulo crecimiento económico mundial, con el advenimiento de una nueva forma multinacional de gestión, la caída brusca de los países comunistas dotados de una gran población y recursos naturales, las nuevas políticas macroeconómicas en el ámbito planetario con todas sus variantes privatizadoras, la competencia encarnizada entre Japón, China, Europa y Estados Unidos, son factores que han provocado un alto desempleo y una contracción de la demanda mundial. Al mismo tiempo, concomitantemente la concentración de los capitales multinacionales, ahora se disponen a conquistar los nuevos mercados de los países excomunistas de Europa y de la China.