«La negativa de Alemania a prestar asistencia militar a Ucrania, en la trágica situación en la que nos encontramos, lo dice todo sobre Berlín; la estrategia de “doble juego” de la élite alemana les permite ser fieles aliados de Rusia en todos los aspectos mientras confunden y engañan al resto de gobiernos de la Unión con el viejo truco de coaliciones gubernamentales que entorpecen las decisiones alemanas y la toma de posición conjunta en Europa.»